lunes, 17 de mayo de 2010

FORMAS MODERNAS DE GOBIERNO

2. FORMAS MODERNAS DE GOBIERNO




Se consideran formas modernas de gobierno, en el mundo occidental, las posteriores al Antiguo Régimen, basado en la monarquía absoluta y la sociedad estamental, con el que terminó la Revolución Francesa. Las principales son la democracia y el socialismo.

2.1. Democracia

El origen de la democracia como forma de gobierno está en Atenas. Cuando la sociedad de terratenientes pierde poder económico ante los comerciantes surge un nuevo orden social. Aparece la oratoria y la paideia (educación) como herramientas para convencer a los demás y tener criterio en la toma de decisiones.

La democracia ateniense es directa, no representativa, pero la posesión de ciudadanía es exclusivista, marginando a la amplia clase de los no ciudadanos y a las mujeres.

Esta forma de gobierno desaparece hasta la caída del Antiguo Régimen con la Revolución francesa.

Hoy en día, por democracia se entiende un régimen político basado en el sufragio universal libre. La democracia occidental es una democracia parlamentaria, donde los ciudadanos ejercen su poder a través de unos representantes elegidos por votación. Se elige a partidos políticos –no a personas– registrados como tales con listas cerradas. La tendencia actual es el bipartidismo. El sistema democrático ha ido incluyendo tendencias que en principio no propugnaban la democracia, como el socialismo en todas sus variantes.

2.2. Socialismos

Se trata de una doctrina política y económica que surge ante el orden social que aparece tras la Revolución Industrial, y que intenta responder a la situación de injusticia y opresión a que se ve sometida la nueva clase social, el proletariado. El término engloba las doctrinas basadas en la colectividad de los medios de producción.

Marx distingue entre “socialismo utópico” de los franceses (Proudhom, Fourier, Saint-Simon, Owen...) y “socialismo científico” (el suyo).

Marxismo

Marx (1818-1883) nació en Alemania, donde estudió; tras la publicación de unos artículos radicales, tuvo que exiliarse a París y más tarde a Inglaterra, donde murió. Fue influido por el idealismo alemán, desde Kant a Hegel. De este último le influyó, a través de la revisión de Feuerbach, el concepto de desarrollo dialéctico de la historia.

Marx se basa en una concepción del hombre como homo faber (que “fabrica”). Su trabajo constituye su esencia. Por eso, cuando se le priva del producto de su trabajo, se le aliena.

Su doctrina es calificada como materialismo dialéctico histórico. Para Marx, la base de la realidad es la materia, no la idea. Expresa la naturaleza de la realidad como un proceso: de la oposición o confrontación entre dos polos opuestos (tesis y antítesis) surge un nuevo resultado (síntesis) que a su vez se convierte en un nuevo polo al que se opondrá otro. Este es el modo en que el hombre se relaciona dialécticamente con la naturaleza, transformándola. Junto con la dialéctica hombre-naturaleza, está la evolución dialéctica de la historia, que viene definida por la lucha de clases. En todo momento histórico hay una confrontación entre una clase social dirigente y una clase trabajadora oprimida. El choque entre ambas (tesis y antítesis) da lugar a un nuevo orden social (síntesis), que a su vez genera una nueva clase social dirigente frente a otra oprimida. Así, la época antigua estaría caracterizada por la oposición amo-esclavo, la Edad Media por la de siervo-señor, que dará lugar tras la revolución urbana a la burguesía, origen de su actual oposición capitalista-proletario. De este modo, el origen de toda transformación es económico, lo que constituye la realidad material de la sociedad (para referirse a la economía se sigue empleando hoy día el término “infraestructura”).

Para el marxismo, el socialismo es una etapa intermedia entre capitalismo y comunismo, del que se distingue porque en el socialismo aún perdura el Estado. Lo considera una etapa necesaria de la Historia, pero la sociedad no evolucionó como él pensaba. Según Marx, sería en Inglaterra, el país pionero en el desarrollo del capitalismo (consecuencia de la Revolución Industrial) donde se daría el paso al socialismo, pero las sociedades industrializadas evolucionaron de otro modo: el propio proletariado se convirtió en la clase que consumía los productos generados. Lenin propugnó que al revolución podía forzarse, y la impulsó en un país donde no se había dado la transición al capitalismo.

Hoy día hay quien defiende que la teoría de Marx no ha fracasado, sino que se realiza en el ámbito mundial: para que occidente (nueva clase opresora) pueda generar su capitalismo explota al tercer mundo (clase oprimida, que habría de dar lugar por tanto a la revolución).

CONCEPTO DE IDEOLOGÍA
Definición positiva: “Sistema de representaciones dotadas de una existencia y de un papel        histórico en el seno de una sociedad dada” (Althusser). Es un momento necesario en la sociedad. Lo que piensan los hombres es un producto de la sociedad en la que viven. En la medida en que expresan la relación del hombre con su mundo, esta expresión puede ser verdadera o falsa.                                                                                                                    
Definición negativa: Conjunto de ideas que dan una imagen falsa de la realidad y las condiciones en que se desarrolla la vida de los hombres. Éste es el sentido que va a predominar en Marx. Estos contenidos ideológicos no tienen sustantividad propia –> ni propia historia ni desarrollo. Su función es ocultar y desfigurar una situación de la existencia real, social e histórica de los hombres. Esto produce una situación alienada; intentan perpetuar unas formas de producción, impidiendo un natural desarrollo dialéctico y manteniendo y alimentando la injusticia social. Para acabar con ello, hay que llevar a cabo una critica práctica desde la comprensión teórica. La teoría está destinada, por su propia naturaleza, a consumarse prácticamente.

Anarquismo

Puede interpretarse como ausencia de todo mando y ley, o simplemente como ausencia de un jefe. En la época moderna se emplea el término “anarquía” en sentido político. La doctrina que defiende la anarquía pasó a denominarse anarquismo.

Tanto el anarquismo como el liberalismo han subrayado la importancia del disentimiento respecto a las opiniones establecidas y el papel fundamental de la crítica y la oposición frente a todo poder establecido, el cual tiende a perpetuarse a sí mismo. Pero el idealismo ha ido enmarcándose en la ideología de las clases burguesas, aplicando el principio económico y político del laissez-faire.

En el s. XVIII, especialmente con W. Godwin, el anarquismo como doctrina política, social, económica y moral defiende la idea de la liberación de toda tiranía y de toda explotación del trabajo ajeno. Para este autor, todo gobierno es tiránico y constituye un obstáculo para el ejercicio de la libertad y la realización de la justicia.

Pero es en el s. XIX cuando se desarrollan las grandes teorías anarquistas. Rasgos de estas tendencias aparecen en Stuart Mill. Como doctrina política, social y moral fue propugnado por Proudhon, a quien se presenta a menudo como el fundador del anarquismo. Hay rasgos anarquistas en muchos de los socialistas franceses. Pero hay que llegar hasta Bakunin y Kropotkin para la formulación del anarquismo en la forma en que es entendido hoy, como un “anarquismo colectivista”, esto es, como un comunismo libertario. A la idea de “federación” de Proudhon se añade la de “comuna”. Estos autores encontraron el rechazo del marxismo. Los marxistas consideran en general al anarquismo como una doctrina ingenua, aunque algunos han simpatizado con él. Ambas teorías son comunistas, pero difieren en los métodos que hay que seguir para destruir al Estado. Coinciden en el ideal de una sociedad sin clases. Los anarquistas consideran que la toma del poder por parte del proletariado lleva a una perpetuación de ese poder, y por tanto a la corrupción, pues todo poder es corrupto.

Hay gran variedad de doctrinas anarquistas; el comunismo anarquista es la más destacada. Es especialmente importante en España y Francia el anarcosindicalismo. El interés de los anarquistas por el individuo y el individualismo ha hecho que consideren a autores como Max Stirner, Nietsche y Tolstoy como parte de su tradición cultural moderna. Esa variedad se manifiesta en que dentro de él se encuentran tanto doctrinas de la llamada “acción directa” como doctrinas de no violencia y no resistencia.


Bakunin (1814-1876): Su preocupación por la justicia social y la libertad se canalizan cuando entra en contacto con la filosofía de Kant. Pasó del estudio de Kant al de Fichte, y luego al de Hegel, y se relacionó, entre otros con pensadores como Marx, Prouhdon, Garibaldi... Contra Marx, se opone a toda limitación de la libertad del individuo. Defiende el ideal de la Revolución Francesa: “que cada ser humano debe disponer de los medios materiales y morales para desarrollar toda su humanidad”. La sociedad, por tanto, debe ser socialista, para que no dominen los privilegios, pero este socialismo no es el del poder político, sino el de la organización de las fuerzas productoras en confederaciones. Por eso defendió la revolución libertaria contra la revolución autoritaria, oponiéndose a los medios comunistas basados en la autoridad. Propone la abolición del Estado, la propiedad y la familia patriarcal.

Kropotkin (príncipe, 1842-1921): Geógrafo, se adhirió a la Internacional Obrera y luego la abandonó por considerarla demasiado conservadora. Opuesto al gobierno bolchevique, como a todo gobierno. Sus doctrinas deben mucho tanto a las teorías sociales de Rousseau y el utopismo francés como al movimiento popular ruso. Defendió la libertad del individuo contra toda autoridad como medio para desarrollar la personalidad humana. sus doctrinas sociales son, por tanto, a la vez doctrinas éticas. Uno de sus fundamentos se halla en la noción de “ayuda mutua”. Piensa que el hombre lucha contra sus semejantes solo cuando deja de seguir ciertos impulsos básicos o cuando las circunstancias históricas (presión del estado y de los grupos sociales) le obligan a ello. Dejado a su albedrío, el hombre ayudaría naturalmente a sus semejantes. “El verdadero principio de la moralidad es dar a los semejantes más de lo que se espera de ellos”.

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