martes, 1 de febrero de 2011

DESCARTES POR PROBLEMAS

Hasta su época, la ciencia había seguido diversos caminos, había teorías contradictorias y errores. La autoridad de los pensadores clásicos y escolásticos no era garantía segura de verdad, pues entre ellos tampoco estaban de acuerdo en todo. Otros autores (desatacamos Bacon) se preocupan también por la necesidad de encontrar EL MÉTODO del conocimiento, para alcanzar el conocimiento seguro (en todos los ámbitos: física, metafísica, política…).

¿Cómo buscar el método? Analizando las formas de conocimiento que existen: intuición y deducción (ver definición de ambas). Relaciona la primera con la “luz natural de la razón”, que nos revela ideas innatas. (explicamos racionalismo)
El saber se construye desde algunos conocimiento seguros (adquiridos por intuición) a partir de los cuales deducimos el resto.
Por tanto: si los cimientos son sólidos (certeza de las intuiciones) y deducimos bien, el saber será seguro.

¿Cómo podemos encontrar esas certezas básicas y saber que deducimos bien? Busquemos una ciencia que ya funcione así de forma segura: las Matemáticas. En ellas el método se manifiesta perfectamente (distinción sentido externo e interno del método). A partir de aquí extrae las cuatro reglas para la dirección del espíritu: 1ª evidencia, intuición (clara y simple). 2ª análisis. 3ª síntesis. 4ª comprobación.

Empecemos por la primera regla: la búsqueda de la evidencia:

LA DUDA METÓDICA

Sólo podré estar seguro de mi conocimiento si parto de axiomas indubitables (si estoy absolutamente seguro de los principios de que parto, puedo deducir de ellos correctamente; pero si parto de conocimientos confusos lo que deduzca a partir de ahí puede ser falso). Va a buscar el modo de dudar de todo lo que sea posible encontrar un resquicio de duda:

Momentos de la duda:
• Los sentidos (quizá me informan mal sobre el mundo)
• El mundo exterior (quizá ni siquiera haya mundo fuera de mí)
• Las matemáticas (quizá un genio maligno me hace equivocarme en mis deducciones).

El gran hallazgo: PIENSO, LUEGO EXISTO (cogito, ergo sum) (definición de lo que entiende por pensar) (el “luego” equivale a “por tanto”, no es temporal).
Lo considera una intuición, porque es clara y distinta.

Pasemos al segundo paso de las reglas: análisis. ¿Qué puedo extraer como conocimiento de esa primera y única certeza?

LAS SUSTANCIAS (definición de sustancia en Descartes, comparación con la de Aristóteles)

De momento, sólo sé que pienso, es decir, que “soy una cosa que piensa” (aquí podemos señalar que cae en el prejuicio sustancialista). Voy a analizar esos contenidos de mi conciencia.
Según se me presentan o me parecen (aún no ha demostrado nada, luego no afirma nada de su veracidad o correspondencia con una realidad externa) distingue entre adventicias, ficticias e innatas (definición de cada una).
(Aún no ha demostrado nada, va a analizarlas para ver si puede deducir algo de ellas). Entre las innatas, me encuentro con la idea de infinito (identifica con Dios y aplica argumento ontológico).
Ahora que ha deducido la existencia de Dios, postula que, siendo bueno, no va a engañarme en mi parecer de que las ideas adventicias se corresponden con un mundo exterior (“demuestra” así la existencia de ese mundo exterior).
Demostrada la existencia del mundo exterior, deduce sus propiedades: lo que aparece de ellas a su razón, no a sus sentidos (la extensión, por eso la llamará “res extensa”; ejemplo de la cera).


CARACTERÍTICAS Y ASPECTOS MÁS DESTACABLES DE SU FILOSOFÍA

La separación radical entre las dos sustancias (cuerpo y alma, res extensa y res cogitans). Es por ello una filosofía subjetivista (encerrada en el sujeto, del que parte) e idealista (la existencia del alma se prueba por intuición, la del cuerpo o materia hay que demostrarla).
Contar otras aportaciones.

1 comentario:

  1. AAAAAAAAAAAAAAAAAGH QUE MUERTE! NO ME DA TIEMPO TENGO 374 PAGINAS DE BIOLOGIA QUE ESTUDIARME! MUEROME

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