martes, 5 de abril de 2011

Wittgenstein, V: conclusión

TRASCENDENCIA DEL PENSAMIENTO DE WITTGENSTEIN

     Sin duda el más influyente filósofo del lenguaje, la filosofía de Wittgenstein está en consonancia con el espíritu de su época. Si la Edad Antigua (y en gran medida la Media) partían de lo que se ha llamado un realismo ingenuo y la Edad Moderna inició el camino de la introspección y el estudio de la mente y el conocimiento, la Edad Contemporánea tenía que darse cuenta del fenómeno de que "pensar" es algo más público de lo que creía Descartes, encerrado en su conciencia solipsista, porque pensamos con palabras, y las palabras las aprendemos de nuestra cultura. La crisis de la metafísica y de la razón especulativa tenía que tener como consecuencia, pues, una revisión no ya del modo en que pensamos, sino del modo en que decimos lo que pensamos, es decir, del modo en que queremos significar el mundo.
     Wittenstein, heredero del atomismo lógico de Russel y la teoría del significado de Frege, fue la máxima influencia en la configuración del positivismo lógico, que encontró en su Tractatus la obra definitiva sobre la naturaleza del lenguaje.  En cuanto al segundo Wittgenstein, el que se refleja en sus Investigaciones filosóficas, es una referencia imprescindible para la aplicación de la filosofía al estudio del lenguaje natural, un ámbito de estudio de gran proliferación en nuestros días.
     Primero y segundo parten de que el papel de la filosofía es delimitar lo que se puede decir con sentido. Las proposiciones metafísicas son sólo errores lingüísticos.
     También influyó en ética al partir de que las cuestiones morales quedan fuera del ámbito del lenguaje, y hacen referencia al ámbito de las emociones y los sentimientos. Se podría decir que la ética que se puede derivar de su teoría es una ética emotivista, pero esto no sería del todo cierto, o al menos no es una ética subjetivista, pues parte de un concepto objetivo de buena o mala voluntad.

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