Sé que es largo (cerca de 20 minutos), pero cualquiera que quiera plantearse la justicia, la ley, la convivencia humana, desde lo que realmente debe ser la construcción de una democracia, debería acercarse a esta rara avis que conjuga sabiduría y bondad, auténtico amor a la verdad. Emilio Lledó, a quien tuve el inmenso honor de tener como profesor en dos cursos de doctorado, y a quien he tenido el inmenso placer de escuchar en ciclos de conferencias, aporta conceptos que nos ayudan a entender el concepto de patria, la defensa del idioma, no como lengua materna, sino como lengua matriz. Crear, construir, no defender esqueletos de valores muertos y ruinas disecadas de un pasado cultural. Construir y crear una nueva convivencia desde la racionalidad, el amor y la verdad. Ese amor a la verdad que se enraiza en el amor al hombre, en la filantropía, verdadero horizonte que pasa por el amor a la verdad de la naturaleza humana, desde la individualidad y desde la sociedad.
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