domingo, 29 de agosto de 2010

Mineros de Chile

¿DÓNDE BUSCAMOS HÉROES?

De todas las noticias que me he encontrado a la vuelta la que más me ha conmocionado ha sido la de esos mineros chilenos atrapados bajo tierra. Me enteré a la vez del estallido de alegría de haberlos encontrado vivos y la aterradora respuesta de que no se les podría rescatar en meses. Es imposible que no te asalten un torbellino de emociones: qué desesperación y horror sentirían esos dieciocho días hasta ser descubiertos, qué irían sintiendo cuando ven que no se les saca aún, todos los paralelos emocionales de sus familiares y amigos...Casi a diario busco información en periódicos nacionales y extranjeros a través de internet.


Treintaitrés hombres atrapados bajo la tierra. Vivos; en la oscuridad. Te asalta una sensación brutal de angustia y ceguera; agonía y desesperanza. Ninguna ficción, película o novela, hubiera extraido del corazón la vertiginosa inquietud ante una tragedia que de algún modo se nos presenta distinta a cualquier otra. Porque la alegría y la esperanza de encontrarlos vivos se fusiona con la desazón de un cautiverio prolongado a 700 m bajo tierra.
Piensas en esos dieciocho primeros días de incertidumbre y horror. En la sobreexcitada emoción de sentirse hallados, la suplicante necesidad de ayuda, de amparo, y la impotencia de quienes, sintiendo lo que habrán sentido ellos esos días, saben que tienen que pedirles que aguanten tres o cuatro meses más. Y al sentir el peso abrumador de este océano de sensaciones, multiplico su peso por infinito al pensar en el corazón de sus seres queridos, de los seres que les quieren, y el peso es insoportable.
Qué pequeña te sientes cuando les ves en su video, tan fuertes y tan tiernos, habiéndose organizado con tan pocos recursos y tanta inteligencia, presentando su imagen más esperanzadora para tranquilizar a los suyos. Por el bien de los suyos. Por amor.
¿Dónde buscamos héroes? ¿En los fuertes, los poderosos, los que dominan y controlan las circunstancias? ¿En los que saben mantener la sangre fría en las situaciones desesperadas? Si cualquiera de las personas que se nos vengan a la cabeza como ejemplos de heroicidad hubieran llevado a cabo sus acciones por sí mismos, por mera supervivencia, no los veríamos como tales. Serían admirables en su fortaleza o su inteligencia, pero no los llamaríamos héroes. Llamamos héroes a los que se arriesgan con un sentimiento de altruísmo, de amor al prójimo. Cuando es el amor el que nos impulsa a superar situaciones brutales, no sólo a luchar contra la angustia y el dolor de los demás sino también a sobreponerse a las angustias propias, como las que imaginamos que han vivido y siguen viviendo, es cuando sentimos la nobleza y la altura que el corazón humano puede llegar a tener. Algunos corazones quizá. Es ahí donde están los verdaderos héroes.
Quién no se ha ido preguntando, según se daban noticias, dónde está la comunidad internacional, por qué no se envían todos los adelantos disponibles (después se ve que sí se está haciendo), cómo ayudarles a no desesperar... Y encuentras noticias de gente volcada a ello: un artículo de Brian Keenan, que estuvo cautivo en Beirut durante más de cuatro años, contando sus experiencias para sobrevivir; expertos de la NASA que viajarán para aportar su experiencia de supervivencia en el espacio, en condiciones similares; un astronauta japonés que ha fotografiado desde el espacio la zona por si puede ayudar...
La vida de estos hombres vale ahora para nosotros más que la de dirigentes de cualquier tipo que dominen grandes áreas de poder. No es que quiera decir que unas vidas valgan más que otras, y menos por razón de poder o clase social; pero lo que representa ahora para todos que estos hombres, en su sencillez y ternura, salgan vivos y se abracen con los suyos, se nos representa el triunfo de lo que es el verdadero y oculto sentido de la vida. 
Las últimas noticias hablan de un plan B que parece cada vez más viable y que podría sacarles en menos tiempo (al menos unos dos meses antes de lo previsto). Intentan algo así como agrandar el tubo de comunicación ya existente; lo ha ofrecido una empresa australiana. Ojalá pronto oigamos que, por fin, ha salido todo bien. Como ellos mismos decían, larga vida a Chile y larga vida a los mineros.

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