miércoles, 28 de diciembre de 2011

Homenaje a los inocentes

¿Quién es el loco, el loco, o el loco que sigue al loco?

     Comienzo esta cita con mi nunca bien ponderado filósofo Obi Wan Kenobi para reflexionar sobre una anécdota, esta vez real, que alude a la extraña lógica de la locura.
    Todos conocemos esa tradicional figura de la España negra, el tonto del pueblo. Pues bien, recuerdo una historia verídica que oí de pequeña sobre el tonto de un pueblo de alguien cercano a mi familia. Éste tenía la peculiaridad de gustarle las monedas de duro (tiempos de las pesetas, recordemos), pero no así las de 5 duros. De forma que la gente, para reírse de él frente a otros, le ofrecían monedas de 5 duros: "toma, fulanito", y el tonto, zafándose de lado como si le diera grima, la rechazaba con sonidos lastimeros: "uh, uh". Y luego le ofrecían un duro: "ih, ih, ih", lo cogía contento y con gesto bobalicón.
     La escena se repetía ante cualquier visita, para lucir al tonto del pueblo y reírse a su costa. Pero una de esas visitas, más civilizada supongo, le interrogó a solas: "Pero hombre, ¿no ves que los 5 duros valen más? Te están tomando el pelo". "Sí, sí -dijo el tonto-; pero el día que coja una de 5 duros, no me volverán a dar".

     Moraleja: como dice un refrán argentino, la diferencia entre un inteligente y un boludo es que el boludo va de inteligente y el inteligente de boludo.

miércoles, 16 de noviembre de 2011


ESTADOS DE ÁNIMO

“No es tolerable que el imperio de la indecencia domine en la política”

A Emilio Lledó le inquieta dejar la política "en manos de oportunistas e indecentes"

El filósofo no ve más solución "que en la cultura"



Emilio Lledó, en su casa de Madrid. / CRISTÓBAL MANUEL
Emilio Lledó. Filósofo. Académico. Autor de Memoria de la ética. En esta conversación cuenta su estado de ánimo ante el momento que vivimos.
Pregunta. Este es un país "entristecido y luminoso", decía usted el domingo en EL PAÍS Semanal.
Respuesta. Es un país mucho más decente y luminoso por la sabiduría de la gente. Esta sabiduría tiene que ponerse en práctica. No podemos dejar el país en manos de una política con una parte regida por oportunistas y por indecentes. Que el imperio de la indecencia domine en la política es intolerable; ese imperio es fruto del dominio de ciertas oligarquías que piensan que lo único que hay que hacer es ganar dinero y crear ideologías aptas para que esa oligarquía siga con poder...
P. Usted cita a Machado hablando del país luminoso...
R. Sí, hablaba del país empobrecido por una clase media entontecida por la ignorancia y por el pragmatismo eclesiástico. Contra eso oponía esa luminosidad, la decencia popular... Eso no lo podemos corromper.
P. ¿La solución?
R. La solución no la veo más que en la cultura. Cultura entendida como educación en la libertad, en la verdadera sabiduría... Me he quedado sorprendido por el anuncio de una universidad que decía que disponía de cafetería de lujo y pistas de pádel... Es vergonzoso que esto sea posible y que se anuncie como atractivo para los jóvenes. Esa actitud es la catástrofe para un país.

Poner técnicos al frente de la economía es un error, y se paga”
P. La campaña electoral ha coincidido con dos cambios de gobierno en Europa, ambos a favor de personalidades del mundo económico. ¿Cómo lo ha vivido?
R. En La República de Platón y en La política de Aristóteles se dice que la salvación de los Estados, de los pueblos y de las naciones se da a través de la decencia y de la cultura. Esta no es una frase antigua, vale hoy. ¿Cómo va a defender lo público alguien que solo está pensando en lo privado y en lo de sus "amigantes"? Y me gusta esa palabra, "amigantes", porque consuena con mangante.
P. Este país es como un enfermo sometido a una enorme operación descarnada. ¿Con qué ánimo lo ve usted?
R. Lo que percibo es desconcierto y dolor. Quizá no mucho dolor, porque nos están haciendo esta operación con anestesia.
P. ¿En qué consiste la anestesia?
R. En que lo que prima en este mundo es la economía, que hay que solucionarla y que por lo tanto hay que poner técnicos al frente de esa economía. Estos técnicos salvadores han sido abogados o economistas de grandes empresas puramente económicas, empresas que solo persiguen el poder económico. Es una equivocación. A la larga, y no a la muy larga, más bien a la corta, se paga.
P. Una de las lesiones que presenta ese cuerpo sometido a una operación quirúrgica ha sido el proyecto de Educación para la Ciudadanía. ¿Cómo ha visto la burla a la que se sometió esa iniciativa?
R. Propia de auténticos ignorantes y aprovechados. La Educación para la Ciudadanía es una forma de crear ciudadanos libres, pero las sectas no pueden aceptar que haya ciudadanos libres. Educación para la Ciudadanía, o como la llamen, provoca la educación libre y laica y es uno de los elementos fundamentales del progreso democrático.

Me preocupa una tercera guerra europea, una guerra económica”
P. La política también está gravemente lesionada. ¿Qué consecuencias tiene?
R. La consecuencia más grave es la de ir alimentando poco a poco el imperio de una dictadura, una dictadura económica. Confío en que ya no sea posible una dictadura militar, pero hay formas de dictadura que sin disparar tiros dominan también. Creo profundamente que el desprecio a la política es un error garrafal porque es un desprecio interesado. Lo que quieren hacer es una política determinada donde nadie pueda hacer política.
P. El político sale aún peor parado que la política...
R. La política es la función esencial de la vida colectiva, y el político es algo esencial también en la dirección y en la orientación de esa vida colectiva. Pero tiene que ser honrado y no ponerse una máscara, sino dar la cara —eso también lo dice Machado—. Dar la cara por unos ideales que ese partido debe defender de verdad. El ataque a la política, la burla no digamos, se nos clava en la cabeza como si todos los políticos fueran unos sinvergüenzas. Y eso es un error... La política es el más arquitectónico de los saberes, decía el gran teórico clásico de la política, porque los comprende a todos... Burlarse de la política tiene algo de dictatorial, de tiránico... Muchas veces me digo, no sé si con injusticia, que estamos en una oligarquía democrática y que el franquismo ha seguido bajo distintas formas, con intereses oligárquicos.
P. ¿Dónde lo ve?

No podemos votar a los corruptos, a no ser que estemos ya corrompidos”
R. Antes de decirlo, déjeme decir que este país ha avanzado. Fíjese en Salteras, al lado de Sevilla; ahí iba yo en los años 40. El avance ha sido espectacular... El país ha mejorado en cultura, en decencia... Creo que el franquismo está de capa caída, pero tiene todavía fuerza en ciertas manifestaciones de algunos políticos, con una ideología que coincidiría con la se mantuvo con Franco...
P. ¿En qué lo ve?
R. En la defensa de la enseñanza privada, en el descrédito de lo público, en el desprecio de la igualdad de oportunidades... ¿Dónde está la libertad si hay desigualdad?
P. ¿Y Europa no es parte de ese cuerpo enfermo?
R. Ha sido una luz, un poder intelectual... Por eso me preocupa que ahora pueda surgir una tercera guerra europea solapada, ya sin cañones, una guerra económica. Un nuevo afán de dominio, solapado, porque eso son las guerras, lo que destruiría las posibilidades que sin duda se abren para una Europa unida...
P. Hablaba de un país entristecido y luminoso. ¿Hay una luz?
R. Creo que en nuestro país hay una sabiduría latente y emergente que me llena de optimismo, pero no podemos permitir de ninguna manera que se corrompa el político. No podemos votar a los corruptos a no ser, y eso sería la muerte de un país, que nosotros estemos ya tan corrompidos que no solo no los distingamos sino que queramos que el corrupto mande para engancharnos a su chaqueta. Sería catastrófico.

jueves, 27 de octubre de 2011

l-z

Inmanente: (del latín in-manere, permanecer en), inherente, unido inseparablemente a una esencia. Se usa para referirse a lo que pertenece o permanece en este mundo. Su antónimo sería trascendente (ver).
Ley: regla o norma constante e invariable. Hoy en día se distinguen dos ámbitos: ley humana (sobre lo que debe ser o es por convención) y ley natural (sobre lo que es en el mundo o por naturaleza). Una ley científica no es sólo una generalización, sino que tiene que explicar y predecir regularidades.

Metafísica: parte de la filosofía que trata de los primeros principios de la realidad. El nombre, utilizado por primera vez para referirse a los tratados aristotélicos sobre la "filosofía primera", fue puesto por Andrónico de Rodas al intentar clasificar sus trabajos (metá: más allá, después de; phisiká: sobre la naturaleza; "lo que está más allá -en realidad después de los tratados de- la naturaleza. Se utiliza a menudo indistintamente para referirse a lo mismo que "ontología".

Noúmeno: derivado de "nous", conocimiento inteligible, se refiere a lo que es pensado o captado por el intelecto. Kant lo utiliza para referirse a la "cosa en sí", al margen de cómo es percibida por la experiencia. Pero dado que nada puede conocerse al margen de la experiencia, es incognoscible. Para Kant sólo existen las intuiciones sensibles (las impresiones), y por tanto niega la existencia de una intuición inteligible. En su filosofía, noúmeno se opone a fenómeno, lo que se aparece a los sentidos y puede por tanto llegar a ser conocido, pero siempre procesado por las condiciones trascendentales de nuestro conocimiento. Decir que el noúmeno o cosa en sí es incognoscible es decir que no podemos conocer el mundo tal y como es, sino sólo tal y como se nos presenta.

Objetivo: perteneciente al objeto (ver).

Objeto: lo que se contrapone al sujeto: lo que "causa" el contenido de mi conocimiento -sensorial o intelectual-, abarca en sentido ético lo que perseguimos como finalidad -el objeto de nuestras acciones-. Deriva del participio pasado obiectum (lo que se ofrece, lo que queda expuesto o presentado a la vista). Es ese el sentido en que se contrapone a quien capta eso que se ofrece o se le presenta: el sujeto.

Ontología: (del griego ontos, lo que es), parte de la filosofía que trata del ser.

Paradoja: (de pará-dóxa, contrario a la opinión), designa lo que se opone a la opinión común, a lo esperable.

Postulado: (de postular: pedir, pretender) proposición cuya verdad se admite sin pruebas y que es necesaria para servir en ulteriores razonamientos.

Propedéutica: del griego pro- (antes) y paideuo (enseñar, educar), enseñanza preparatoria para el estudio de una disciplina. Por ejemplo, las matemáticas son, para Platón, propedéuticas para el conocimiento intelectual, referido al mundo de las ideas.

Proposición: según la RAE, en lógica designa la expresión de un juicio entre dos términos, un sujeto y un predicado, que afirma o niega éste de aquél, o incluye o incluye el primero respecto del segundo. Podemos entenderlo más sencillamente como sinónimo de la expresión lingüística "oración", aunque con matices. La proposición simple sería la referencia más elemental que se puede hacer a un hecho del mundo.

Providencia: dícese del cuidado o amor de Dios hacia los hombres.

Subjetivo: perteneciente al sujeto. En sentido gnoseológico o del conocimiento, se refiere a lo relativo al sujeto cognoscente, frente al objeto conocido.

Sujeto: del latín sub-iectum, lo que subyace, derivado de sustancia. Se emplea desde distintos planos (ontológico, gnoseológico, psicológico...) pero aquí nos centraremos en su oposición a "objeto". Desde el punto de vista gnoseológico es el que conoce, frente al objeto, que sería lo conocido o lo que se pretende conocer(como objeto de conocimiento).

Sustancia: del latín sub-stancia, lo que subyace o está por debajo de todos los cambios. Aristóteles distingue entre sustancia primera (los entes particulares, identificando así sustancia o ousía con existencia) y sustancia segunda (lo que hace que algo sea lo que es, su definición: el género de los hombres, de los caballos, etc., correspondiéndose con las ideas platónicas).

Teoría: del griego theoría, (visión, contemplación, especulación de la mente; theoreo: mirar, observar) conocimiento especulativo, a diferencia de la praxis. Puede definirse como un sistema deductivo o conjunto de leyes que sirven para relacionar determinado orden de fenómenos. E.: teoría de la relatividad de Einstein.

Teorema: (lo que se ve o se ofrece a la vista; espectáculo) proposición demostrable lógicamente partiendo de axiomas u otros teoremas ya demostrado mediante reglas de inferencia aceptadas. E: teorema de Pitágoras.

Trascendental: que va más allá de algo o se comunica a otras cosas: por ejemplo, los conceptos que se derivan del ser y se aplican a todos los entes. Kant aplicó el término al conocimiento, y en él designa las  condiciones posibilitantes del conocimiento, que son por tanto a priori: las intuiciones puras (el espacio y el tiempo, condiciones de la sensibilidad, porque no podemos percibir fuera de ellos) y las categorías (conceptos a priori, porque catalogamos todas las percepciones con ellas para poder comprenderlas). Esas condiciones son previas, y están por tanto más allá, del hecho de conocer algo; por eso somos inconscientes de ellas cuando conocemos.

Trascendente: que está separado o más allá de los límites de algo, ya sea del mundo o de las posibilidades del conocimiento (ver también inmanente, por contraposición). En sentido espacial, se refiere a "ir de un lugar a otro, traspasando cierto límite". Aplicado a la divinidad, que está más allá del mundo, que lo trasciende -y a menudo que lo fundamenta-.

miércoles, 26 de octubre de 2011

CONFERENCIA-TERTULIA

SIMBOLOGÍAS DE LA VIDA Y DE LA INMORTALIDAD
MITOS DE LA CUENCA ORIENTAL DEL MEDITERRÁNEO
A cargo de: Esther C. García Tejedor
Organiza: Sección de Mitos, Religiones y Humanidades


Día 3 de noviembre de 2011, 20:00 h.
ATENEO de Madrid.
Sala de la Cacharrería (frente al salón de actos)

miércoles, 20 de julio de 2011

¡PERO ES QUE ES EL SISTEMA SOLAR!


     Me encanta esta conversación. En esta adaptación de las aventuras de Sherlock Holmes de la BBC, John Watson acaba de escribir en su blog sobre su primer caso juntos: "A Study in pink". Pero a Sherlock no parece haberle gustado mucho lo que dice de él: "Sherlock ve a través de las cosas en segundos, pero lo que sorprende es lo espectacularmente ignorante que es respecto a algunas cosas..." Y no es que ignore el nombre del primer ministro o los líos de cama de los famoseos, no... Sherlock no sabía que la Tierra gira alrededor del Sol.
     Hombre, lo que a primera vista sorprende es esa capacidad de "borrar de su mente" todo lo que no le resulta útil, y que no conozca algo tan elemental. Pero a mí me llevó por otros derroteros: es verdad que no importa; mejor dicho, que es irrelevante. Y no quiero decir, como él, que daría igual que giráramos alrededor de la Luna, o "dando vueltas al jardín, como el osito Teddy". Es que, realmente, da igual decir que giramos alrededor del Sol, que decir que éste gira en torno nuestro.
     Me explico: en realidad, no existe el espacio absoluto, al menos según la Teoría de la Relatividad. Lo que existen son posiciones relativas de los cuerpos; y la velocidad de la luz, la única constante absoluta. Así que Galileo se enfrentó a la hoguera por nada, vaya por Dios. Bueno, por nada... Reconozcamos que el punto de inflexión que tomó su descubrimiento del "principio de relatividad" (que no la teoría) sí que ayudó a que la ciencia física siguiera avanzando. Pero como conclusión, lo mismo nos da quedarnos con Aristóteles y Ptolomeo que con Galileo y Newton, al menos respecto al movimiento de nuestro planeta. El mismo Copérnico no dijo que la Tierra estuviera en el centro, sólo que era más cómodo entenderlo así, para hacer cálculos.
     Y lo que me planteo después de esto es... ¿Será por eso por lo que no resulta útil para los fines de Sherlock Holmes? Porque tiene razón, no cambia nada; luego no es un dato que nos ayude a deducir nada. Por ejemplo, podemos deducir que un asesino (por seguir en los ámbitos de interés de Sherlock) miente sobre la hora en que estaba en tal sitio si vemos en una imagen que su sombra no corresponde a la altura del Sol en la hora indicada... (a Tales esto le sirvió para determinar la altura de una pirámide). Pero lo único que importa aquí es la posición relativa del Sol respecto a la Tierra. Que realmente se mueva el Sol o nosotros, da igual. Lo veamos como lo veamos, nunca percibiremos diferencias fácticas entre que se mueva realmente el Sol o nos movamos nosotros.
     En fin, si le resulta irrelevante saber que la Tierra gira alrededor del Sol, supongo que le parecerá más irrelevante aún lo que yo estoy pensando. Una justificación innecesaria para un tema irrelevante. El colmo de la inutilidad para Mr. Holmes. Pero bueno, yo lo dejo ahí: Dr. Watson, Inspector Lestrade, que sepan ustedes que Sherlock tenía razón, más allá de lo que él mismo pensaba. Y para que conste aquí dejo esto, como una más de mis reflexiones absurdas.

P.D: Para quien piense que es una improvisación del guión, aparece realmente en sus aventuras este ejemplo de ignorancia del que tanto se asombra John Watson, y la explicación de Sherlock de "haberlo borrado". Ver "A Study in scarlet".

sábado, 9 de julio de 2011

domingo, 19 de junio de 2011

Sobre las críticas a los "indignados"

     Estamos viviendo una especie de convulsión en la sociedad; un lento, torpe quizá e inseguro despertar de conciencias que aún no saben a dónde se encaminan, pero que quieren andar con pasos propios. Cada sociedad desarrolla sus ideologías, porque cada sociedad desarrolla sus circunstancias, pero las ideologías son lentas y tardías, tienden a enquistarse y pierden pronto su frescura. Hace tiempo que vivimos con unos paradigmas ideológicos caducos, que respondían bien a una estructura social que ahora ha cambiado. Urge, y así lo estamos viendo, revisar qué ocurre en nuestro mundo: quién o qué gobierna, dónde están los verdaderos causantes de la crisis actual -y no me refiero a nombres personales, siempre reemplazables, sino a estructuras económicas-.
     Los indignados están pidiendo cambios, una verdadera democracia. Pero las ideas están aún en el aire, perdidas en la primera parte del proceso de tormenta mental. Sin embargo las críticas de los que no desean cambiar el sistema ya están actuando. Creo que es hora de revisar argumentos y de tomar conciencia de lo que está pasando, de lo que realmente se puede o no hacer, se puede o no decir. Creo que es hora, y urge, de hacer que el discurso, creador de la imagen y la conciencia pública, se ajuste a la realidad, y supere de una vez por todas la pomposidad y el autoenvanecimiento de la propia capacidad de "argumentación" en pro de la búsqueda de verdad. Intentemos, pues, contraargumentar esas acusaciones a los indignados.
     Se les acusa de "no respetar la voluntad de la mayoría", aludiendo a haber ganado las últimas elecciones regionales y municipales. Ahora bien, ¿Se está impidiendo a los elegidos acceder a sus puestos de poder? La acusación en sí ya huele a "a mí no me molestes". ¿Qué se puede decir a esto?
1) Stuart Mill ya previó los defectos de una democracia fundamentada sólo en el concepto de "mayoría": se puede caer en la pérdida de derechos de las minorías, y en la pérdida de racionalidad. Ninguna democracia -ningún sistema, pero menos el que presume de partir de la libertad y la fundamentación en valores- puede prescindir cuando menos de escuchar los intereses también de las minorías -la ley electoral por provincias responde a ese espíritu-.
2) No se puede prohibir la mera denuncia de pérdidas de derechos -siendo además que esas pérdidas afectan a mucho más que minorías...-. Hay algo que sin duda saben, pero no quieren que se sepa: los resultados de las elecciones tienen una explicación psicológica: se quiere cambiar. Gobiernan unos, se vota a los otros. Eso no quiere decir que los resultados expresen la voluntad del pueblo; permítaseme un ejemplo: si me dan a elegir entre una puñalada y un tiro, a lo mejor elijo lo primero, pero eso no expresa mi voluntad. Lo saben. En gran medida lo sabemos; pero no lo argumentamos. Ahí es donde hay que empezar a generar una opinión pública coherente, que responda realmente a la voluntad general, fundamento de la democracia.
3) Es necesario que haya otras opciones, por supuesto que es lícito plantearse nuevas opciones; nadie tiene derecho a mutilar su formación natural.  Pero esas otras opciones solo pueden surgir si no se prohibe ni se pervierte la opinión pública, otro de los grandes enemigos del espíritu de la democracia. Es por tanto preciso una revisión del uso y posesión de los medios de comunicación, que deben estar al alcance y servicio de todos.
4)  Respetar no es acatar sin más: no se está impidiendo la llegada al poder de los nuevos gobiernos regionales y municipales, luego la acusación no tiene fundamento. Pero con ese argumento se está atentando contra la base de la democracia: la opinión pública. Si falla la base, lo demás ya no es democracia: es dictadura electoral.

     Los jóvenes tienen derecho a un futuro; pero no se trata sólo del futuro. Todos -viejos y jóvenes- somos dueños y responsables de nuestro presente. Cada ser humano tiene el derecho natural de preocuparse por su vida: por no ser estafado, utilizado o explotado. Cada ser humano tiene, además, la obligación de ejercer su conciencia, no sólo defender sus intereses. Y eso implica la obligación de querer conocer la verdad y buscar justicia. Los argumentos para fraguar una auténtica democracia -ahora pervertida- están ya formulados; sobre el sentido de la razón, de la libertad y de la opinión pública, releamos a Kant:
    

     ...La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración.
     La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena (naturaliter maiorennes), permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la pereza y la cobardía. Por eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré del propio esfuerzo. Con sólo poder pagar, no tengo necesidad de pensar: otro tomará mi puesto en tan fastidiosa tarea. (...)
     Después de haber atontado sus reses domesticadas, de modo que estas pacíficas criaturas no osan dar un solo paso fuera de las andaderas en que están metidas, les mostraron el riesgo que las amenaza si intentan marchar solas. Lo cierto es que ese riesgo no es tan grande, pues después de algunas caídas habrían aprendido a caminar; pero los ejemplos de esos accidentes por lo común producen timidez y espanto, y alejan todo ulterior intento de rehacer semejante experiencia.
     Pero, en cambio, es posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que se le deje en libertad; incluso, casi es inevitable. En efecto, siempre se encontrarán algunos hombres que piensen por sí mismos, hasta entre los tutores instituidos por la confusa masa. Ellos, después de haber rechazado el yugo de la minoría de edad, ensancharán el espíritu de una estimación racional del propio valor y de la vocación que todo hombre tiene: la de pensar por sí mismo. Notemos en particular que con anterioridad los tutores habían puesto al público bajo ese yugo, estando después obligados a someterse al mismo. (...) El público puede alcanzar ilustración sólo lentamente. Quizá por una revolución sea posible producir la caída del despotismo personal o de alguna opresión interesada y ambiciosa; pero jamás se logrará por este camino la verdadera reforma del modo de pensar, sino que surgirán nuevos prejuicios que, como los antiguos, servirán de andaderas para la mayor parte de la masa, privada de pensamiento.
      Sin embargo, para esa ilustración sólo se exige libertad y, por cierto, la más inofensiva de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un uso público de la propia razón, en cualquier dominio. Pero oigo exclamar por doquier: ¡no razones! El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El financista: ¡no razones y paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! (Un único señor dice en el mundo: ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!) Por todos lados, pues, encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿cuál de ellas impide la ilustración y cuáles, por el contrario, la fomentan? He aquí mi respuesta: el uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular el progreso de la ilustración. (...) Así, por ejemplo, sería muy peligroso si un oficial, que debe obedecer al superior, se pusiera a argumentar en voz alta, estando de servicio, acerca de la conveniencia o inutilidad de la orden recibida. Tiene que obedecer. Pero no se le puede prohibir con justicia hacer observaciones, en cuanto docto, acerca de los defectos del servicio militar y presentarlas ante el juicio del público. El ciudadano no se puede negar a pagar los impuestos que le son asignados, tanto que una censura impertinente a esa carga, en el momento que deba pagarla, puede ser castigada por escandalosa (pues podría ocasionar resistencias generales). Pero, sin embargo, no actuará en contra del deber de un ciudadano si, como docto, manifiesta públicamente sus ideas acerca de la inconveniencia o injusticia de tales impuestos. (...).
Una época no se puede obligar ni juramentar para poner a la siguiente en la condición de que le sea imposible ampliar sus conocimientos (sobre todo los muy urgentes), purificarlos de errores y, en general, promover la ilustración. Sería un crimen contra la naturaleza humana, cuya destinación original consiste, justamente, en ese progresar. La posteridad está plenamente justificada para rechazar aquellos decretos, aceptados de modo incompetente y criminal. La piedra de toque de todo lo que se puede decidir como ley para un pueblo yace en esta cuestión: ¿un pueblo podría imponerse a sí mismo semejante ley? Eso podría ocurrir si, por así decirlo, tuviese la esperanza de alcanzar, en corto y determinado tiempo, una ley mejor, capaz de introducir cierta ordenación (...)
      Luego, si se nos preguntara ¿vivimos ahora en una época ilustrada? responderíamos que no, pero sí en una época de ilustración. Todavía falta mucho para que la totalidad de los hombres, en su actual condición, ,sean capaces o estén en posición de servirse del propio entendimiento, sin acudir a extraña conducción. Sin embargo, ahora tienen el campo abierto para trabajar libremente por el logro de esa meta, y los obstáculos para una ilustración general, o para la salida de una culpable minoría de edad, son cada vez menores. Ya tenemos claros indicios de ello.
Emmanuel Kant: Una respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración?

     He aquí el fundamento de la ilustración: de la iluminación de la sociedad y de la base de los valores que supuestamente persigue la forma de gobierno democrática: una opinión pública libre y racional. Una reflexión seria sobre el bien común y la justicia, no sólo una defensa de cada pequeño interés. Los indignados no sólo tienen derecho a expresarse: tienen, tenemos todos, obligación de reflexionar. y ante el actual estado de cosas, tenemos obligación de indignarnos. Ya juzgaremos las propuestas, ya se cribarán las simples ocurrencias y se alcanzará una propuesta racional y de progreso si de verdad nos comprometemos a ejercer la conciencia y la razón. Quien dice que el pueblo no tiene derecho más que al voto ciego pervierte y mutila algo más que un sistema de gobierno democrático: pervierte la naturaleza misma del hombre, dotado de razón y de entendimiento propio. Ya dijo Esopo en una de sus fábulas : "que nadie pertenezca a otro pudiendo pertenecerse a sí mismo".

     ¿Queremos de verdad recuperar la dignidad? Ejerzamos la reflexión; releamos a a Stuart Mill, a Kant, a Marx, quien reveló el papel de las ideologías como falsas imágenes que intentan disecar la vida. Remontémonos desde ellos a los clásicos, y nos daremos cuenta de que somos lo mismo: la humanidad, con el derecho y el deber de gobernarnos a nosotros mismos y de ejercer un papel activo en nuestro mundo.
     No sé si estoy de acuerdo o no con todo lo que se propone (sé que no lo estoy con todo). Pero que se piense, o que se quiera pensar, me da esperanza. Indignémosnos lo primero contra quienes quieran quitarnos esto.

sábado, 28 de mayo de 2011

Historia y filosofía de la política

FORMAS DE GOBIERNO



 I. HISTORIA DE LA POLÍTICA

1. Evolución y variedad de las formas de gobierno.
En la antigüedad, las formas de gobierno que predominan son las monárquicas o, en sociedades más desarrolladas y estables, las imperiales. la forma espontánea de organizarse las sociedades humanas parece organizarse en torno a uno o varios líderes; el cuanto las sociedades son un poco más complejas esos líderes se eligen de forma más convencional (los más ancianos, los mejores guerreros...), pero en algún momento surgen otras formas de organización basadas en leyes y constituciones.
En Grecia, donde no existía una unidad gubernamental –aunque sí cultural y lingüística– surge una mayor variedad de formas de gobierno, y con la filosofía los primeros estudios sobre política o el Estado ideal.

2. El surgimiento de la reflexión política: Platón y Aristóteles
     Platón, en la República, plantea los fundamentos y la estructura del Estado ideal. Se trata de una búsqueda racional de la mejor forma de organizar la convivencia humana conforme a unas leyes, y en este sentido interesa más por su intención que por su propuesta. El contenido de la propuesta está inspirado en el sistema político y educativo de Esparta y en su propia concepción del alma humana.
    El eje en torno al cual gira el ideal de Estado es el de justicia, que Platón concibe como equilibrio entre las partes. Platón distingue tres partes del alma humana: la apetitiva o concupiscible, la irascible o emocional y la racional. Según esta estructura, el Estado debería dividirse en tres clases sociales: los gobernantes-filósofos, los guerreros y el pueblo o trabajadores. Cada persona pertenecerá a una u otra clase según la parte del alma que predomine en ella o que domine sus acciones: los racionales (los filósofos) deben ser los gobernantes; los irascibles o animosos deben ser los guerreros y los concupiscibles o sensuales deben ser los trabajadores. Este sistema político se sustentaría en un sistema educativo destinado a descubrir la parte del alma que domina en cada cual.
     Si sobre la constitución ideal del Estado destaca Platón, quien realizó el primer estudio sistemático de política fue Aristóteles. Se dedicó a catalogar todas las formas de gobierno conocidas en su época. Ningún gobierno es bueno en sí, depende del contexto. Para Aristóteles, un gobierno es bueno sólo cuando aspira al bien de toda la comunidad, y malo cuando cuida sólo de sí mismo. Este criterio se debe a que parte de:
– El fin del hombre es la felicidad.
– El hombre es un animal social y se realiza en comunidad. La comunidad más simple es la familia, luego la tribu o aldea y luego la polis, que sería la plenitud de la faceta social del ser humano.
De este modo, ofrece la siguiente clasificación:
• Monarquía (mono-arqué). Es el gobierno ejercido por una sola persona.
Degeneración: tiranía.
• Aristocracia (gobierno de los mejores). Por los mejores se entiende los que poseen mayor cantidad y grado de virtudes.
Degeneración: oligarquía: mandato de los ricos.
• Gobierno constitucional.
Degeneración: democracia.
      Entre medias existen infinidad de formas mixtas de gobierno.

     Dentro de esta clasificación, considera que el mejor es, siguiendo este orden: monarquía, aristocracia y Constitución. Ahora bien, la corrupción de lo peor es mejor que la corrupción de lo mejor, con lo cual es mejor la democracia que la oligarquía, y esta que la tiranía. De este modo hace una defensa subrepticia de la democracia. Hay que entender, no obstante, que la democracia de la que nos habla es la griega, distinta en muchos aspectos y más radical que a la nuestra.

II. IDEOLOGÍAS Y MODELOS DE ESTADO EN LA MODERNIDAD

     Se consideran formas modernas de gobierno, en el mundo occidental, las posteriores al Antiguo Régimen, basado en la monarquía absoluta y la sociedad estamental, con el que terminó la Revolución Francesa. La principal es la democracia, aunque tras la Revolución Rusa se implantaron también en muchos países os estados socialistas o cumunistas. Pero estos últimos han ido sumbiendo e incorporándose a los modelos democráticos occidentales cuyo rasgo distintivo fundamental no es tanto político como económico: están basados en la economía de mercado.

MODELOS DE ESTADO

     El Estado Moderno ha venido configurado por tres autores principales: Locke (1632-1704) padre del liberalismo político y del modelo de Estado liberal), Rousseau (padre del modelo republicano de Estado) y Montesquieu (formulador de la actual división de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial).
     El modelo de Estado liberal privilegia la defensa de la esfera privada de la libertad, mientras que el republicano privilegia la esfera pública, basándose en la voluntad general.

2.1. Democracia

     El origen de la democracia como forma de gobierno está en Atenas y viene definida por sus propias circunstancias históricas, distinguiéndose de las actuales principalmente por ser directa y por el elitismo de la ciudadanía, dado que el número de ciudadanos era una minoría comparada con la población total.
     Otro antecedente remoto se encuentra en la República Romana, estructurada en una compleja jerarquía de instituciones y basada en el sufragio y en el Derecho -derecho romano del que aún somos en gran medida herederos-.
     Estas formas de gobierno desaparece hasta la caída del Antiguo Régimen con la Revolución francesa. Los principales artífices del Estado Moderno son Locke (padre del liberalismo y del modelo liberal de Estado, basado en los derechos naturales y en la libertad del individuo), Rousseau (padre del modelo republicano, basado en la voluntad general y la defensa del ámbito público) y Montesquieu (quien propuso el actual modelo de división de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial).
    Hoy en día, por democracia se entiende un régimen político basado en el sufragio universal libre. La democracia occidental es una democracia parlamentaria, donde los ciudadanos ejercen su poder a través de unos representantes elegidos por votación. Se elige a partidos políticos –no a personas– registrados como tales con listas cerradas.

2.2. Estados socialistas
     Están basados en la colectividad de los medios de producción, que pertenecen al Estado, y en el establecimiento del partido único, por lo que han sido definidos, frente a los modelos democráticos, como totalitarios. El modelo que primero se impuso fue el estalinista. No hay que confundirlos con los Estados democráticos gobernados por partidos socialdemócratas, porque en éstos existe el pluralismo político y se definen únicamente por una tendencia a políticas de ayudas sociales, no existiendo la colectivización generalizada de los medios de producción.

IDEOLOGÍAS

1. Liberalismo
       Esto es debido a las transformaciones que se están produciendo en la sociedad en desde el Renacimiento  hasta la Edad Moderna las monarquías absolutas están siendo cuestionadas, porque impiden el libre desarrollo de la actividad económica de la burguesía. Por ello surgen críticas a la idea del derecho divino a gobernar, y eso da lugar a que se formulen las teorías contractualistas (teorías que defienden que el Estado es fruto de un pacto entre los hombres, y que en el estado de naturaleza los hombres nacen iguales y libres).
     John Locke plantea que los derechos naturales del hombre son tres: el derecho a la defensa de la propia vida, a la libertad y a la propiedad privada (este último matizado: en la medida en que esa propiedad es fruto del trabajo). Las constituciones liberales se basan en estos derechos.
     Si Locke es el padre del liberalismo político, Adam Smith (1723-1790) es considerado como el padre de la economía política y máximo exponente de la llamada “economía liberal”: defiende la libertad completa de comercio, es decir, la no intervención del Estado, como única forma de aumentar la riqueza de las naciones.

2. Socialismo

     Se trata de una doctrina política y económica que surge ante el orden social que aparece tras la Revolución Industrial, y que intenta responder a la situación de injusticia y opresión a que se ve sometida la nueva clase social, el proletariado. En realidad habría que hablar de "los socialismos", porque el término engloba las doctrinas basadas en la colectividad de los medios de producción. El más conocido y de mayores repercusiones es el de Karl Marx.
      Marx distingue entre “socialismo utópico” de los franceses (Proudhom, Fourier, Saint-Simon, Owen...) y “socialismo científico” (el suyo).

2.1. Marxismo
    Marx (1818-1883) nació en Alemania, donde estudió; tras la publicación de unos artículos radicales, tuvo que exiliarse a París y más tarde a Inglaterra, donde murió.
     Marx se basa en una concepción del hombre como homo faber (que “fabrica”). Su trabajo constituye su esencia. Por eso, cuando se le priva del producto de su trabajo, se le aliena.
     Su doctrina es calificada como materialismo dialéctico histórico.

Materialismo
 (Relaciones económicas ->generan relaciones sociales -> generan ideologías).
    Lo que define la realidad no son las ideologías, sino las relaciones económicas. El hombre se caracteriza como  un ser natural, que por tanto vive de la naturaleza. Su modo específico de vivir de la naturaleza consiste en transformarla (ara la tierra, fabrica utensilios...). Los recursos necesarios para transformar la naturaleza son los medios de producción.

Dialéctico
     Las relaciones humanas se configuran a partir del uso de esos medios de producción. Unos los poseen y otros trabajan para ellos. De este modo surgen las clases sociales. Estas clases sociales tienen sus intereses enfrentados.
     Las relaciones sociales generan unas ideologías (creencias o formas de interpretar la realidad) desarrolladas por los opresores, que intentan disfrazar la realidad a los oprimidos para que no se revelen.

Histórico
    El enfrentamiento entre las clases sociales (trabajadores y dueños de los medios de produción) produce revoluciones que van marcando la evolución histórica. Marx explica esta evolución simplificada en el siguiente proceso:

Edad Antigua        Edad Media          Edad Moderna                         Futuro
amo/esclavo          señor/siervo        capitalista/proletario      Dictadura del proletariado -> comunismo

     En todo momento histórico hay una confrontación entre una clase social dirigente y una clase trabajadora oprimida. El choque entre ambas (tesis y antítesis) da lugar a un nuevo orden social (síntesis), que a su vez genera una nueva clase social dirigente frente a otra oprimida. Así, la época antigua estaría caracterizada por la oposición amo-esclavo, la Edad Media por la de siervo-señor, que dará lugar tras la revolución urbana a la burguesía, origen de su actual oposición capitalista-proletario. De este modo, el origen de toda transformación es económico.

El modo de producción capitalista tiene las siguientes peculiaridades:
1. La riqueza del empresario se basa en la plusvalía: diferencia entre el coste de producción y el precio de venta.
2. El salario de los trabajadores forma parte del coste de producción: el trabajador se convierte en una mercancía ( se le deshumaniza).
     Marx considera que estas relaciones de oposición son las leyes por las que se rige la historia. Por eso intenta deducir a partir de ellas lo que ocurrirá: la clase obrera se enfrentará a la capitalista y se hará dueña de los medios de producción, que pasarán a ser colectivos (socialismo). La oposición se produce ahora entre Estado (dueño de los medios de produción) y pueblo. Esa dictadura del proletariado es un paso inevitable para alcanzar el estado ideal: el comunismo, donde se acabará con el Estado.
     Pero la sociedad no evolucionó como él pensaba. Según Marx, sería en Inglaterra, el país pionero en el desarrollo del capitalismo (consecuencia de la Revolución Industrial) donde se daría el paso al socialismo, pero las sociedades industrializadas evolucionaron de otro modo: el propio proletariado se convirtió en la clase que consumía los productos generados. Lenin propugnó que lal revolución podía forzarse, y la impulsó en un país donde no se había dado la transición al capitalismo.
     Hoy día hay quien defiende que la teoría de Marx no ha fracasado, sino que se realiza en el ámbito mundial: para que occidente (nueva clase opresora) pueda generar su capitalismo explota al tercer mundo (clase oprimida, que habría de dar lugar por tanto a la revolución).

2.2. Anarquismo
     Puede interpretarse como ausencia de todo mando y ley, o simplemente como ausencia de un jefe. En la época moderna se emplea el término “anarquía” en sentido político. La doctrina que defiende la anarquía pasó a denominarse anarquismo.
Tanto el anarquismo como el liberalismo han subrayado la importancia del disentimiento respecto a las opiniones establecidas y el papel fundamental de la crítica y la oposición frente a todo poder establecido, el cual tiende a perpetuarse a sí mismo. Pero el idealismo ha ido enmarcándose en la ideología de las clases burguesas, aplicando el principio económico y político del laissez-faire.
    En el s. XVIII, especialmente con W. Godwin, el anarquismo como doctrina política, social, económica y moral defiende la idea de la liberación de toda tiranía y de toda explotación del trabajo ajeno. Para este autor, todo gobierno es tiránico y constituye un obstáculo para el ejercicio de la libertad y la realización de la justicia.
     Pero es en el s. XIX cuando se desarrollan las grandes teorías anarquistas. Rasgos de estas tendencias aparecen en Stuart Mill.
     Como doctrina política, social y moral fue propugnado por Proudhon, a quien se presenta a menudo como el fundador del anarquismo. Hay rasgos anarquistas en muchos de los socialistas franceses. Pero hay que llegar hasta Bakunin y Kropotkin para la formulación del anarquismo en la forma en que es entendido hoy, como un “anarquismo colectivista”, esto es, como un comunismo libertario. A la idea de “federación” de Proudhon se añade la de “comuna”.
     Estos autores encontraron el rechazo del marxismo. Los marxistas consideran en general al anarquismo como una doctrina ingenua, aunque algunos han simpatizado con él. Ambas teorías son comunistas, pero difieren en los métodos que hay que seguir para destruir al Estado. Coinciden en el ideal de una sociedad sin clases. Los anarquistas consideran que la toma del poder por parte del proletariado lleva a una perpetuación de ese poder, y por tanto a la corrupción, pues todo poder es corrupto.
     Hay gran variedad de doctrinas anarquistas; el comunismo anarquista es la más destacada. Es especialmente importante en España y Francia el anarcosindicalismo. El interés de los anarquistas por el individuo y el individualismo ha hecho que consideren a autores como Max Stirner, Nietsche y Tolstoy como parte de su tradición cultural moderna. Esa variedad se manifiesta en que dentro de él se encuentran tanto doctrinas de la llamada “acción directa” como doctrinas de no violencia y no resistencia.


PARA REFLEXIONAR Y DEBATIR
     La ideología liberal surgió a raíz de las necesidades de la burguesía que veía cómo la riqueza que ellos creaban se veía limitada y trabada por el poder de las monarquías absolutas, ya que los reyes eran quienes tenían la prerrogativa de decidir con quién se comerciaba y limitaba de esta forma sus mercados extranjeros y sus posibilidades de desarrollo con aranceles. Surgió así el debate del derecho al gobierno, buscando nuevas fórmulas que cuestionaban que tal derecho fuera divino (las teorías del contrato social) y que abogaban por el derecho de los gobernados a derrocar ese poder si estorbaba el interés público.
     Los socialismos posteriores intentaron responder a una realidad social inhumana e injusta: los intereses de los empresarios, durante la Revolución industrial, situaban al proletariado como un bien de intercambio más, haciendo que les interesara reducir sus salarios y generando de este modo unas condiciones infrahumanas en una gran parte de la población, que se veía condenada a la explotación, la miseria y el analfabetismo, no siendo así capaces de luchar por sus derechos. Dado que el problema radicaba en que las industrias estaban en unas pocas manos privadas, proponían como solución la colectivización de los medios de producción, así como el derecho a la educación pública y su promoción. Como medida de defensa, el proletariado sólo tenía fuerza si se mantenía unido -un trabajador solo no tenía fuerza alguna contra el capitalista, porque era fácilmente sustituido-, y surgen así los sindicatos y la idea del derecho a la huelga: la paralización de la producción -estamos en la Revolución Industrial- afectaba directamente a los intereses de los capitalistas.
    Pero nuestra sociedad actual ha cambiado. Estamos marcados por la globalización y la Revolución del sector terciario -el industrial es el secundario-. Las huelgas atentan contra intereses muy difusos y en muchos casos contra los intereses colectivos, especialmente cuando son huelgas de servicios públicos. La riqueza ya no se mide por la producción, sino por el valor virtual del dinero, medido con los índices bursátiles como el Dow Jones, Nikkei 225, FTSE 100, Ibex 35...; fluctuando con el valor impuesto por los préstamos interbancarios como el conocido EURIBOR...
¿Qué nuevos tipos de "ideología", en sentido marxista, nos tienen hoy sumidos en la ignorancia de la realidad?
     Se propone hacer grupos de debate que analicen primero la realidad social, después los valores que se desprenden de ellos (qué cambios en nuestra manera de relacionarnos con la realidad se derivan de esa nueva realidad tecnológica, de nuestros modos de producción...) y por último que se hagan propuestas concretas.

La finalidad de este ejercicio es darse cuenta de que las ideologías son un producto cultural que surgen en un contexto histórico determinado como intento de dar respuesta a los problemas de la época. Cuando pierden su contacto con la realidad se anquilosan. Cada sociedad debe revisar su propia realidad para enfocarla a la justicia.

sábado, 7 de mayo de 2011

Ortega y Gasset por problemas

ORTEGA Y GASSET POR PROBLEMAS

     Ortega vive en un momento histórico en que Europa ha vivido grandes transformaciones y adelantos tecnológicos, proyectándose al futuro, mientras España está dividida entre los que intentan un espíritu aperturista y los que apenas han despertado de la nostalgia por el pasado y el rechazo a todo lo extranjero, que se vive como invasor. Esta es la realidad que contemplará desde su formación filosófica, y a la que desde la misma intenta dar respuesta. Las tendencias filosóficas que más influyen en su momento son el historicismo de Dilthey y el vitalismo de Bergson; su formación neokantiana le hace profundo conocedor del idealismo como superación del llamado realismo ingenuo, pero en vez de adherirse a él intenta superarlo.

Una vez superado el realismo ingenuo, ¿cómo superar el solipsismo, la desconexión con el mundo a que aboca el idealismo?
El subjetivismo en que cae la filosofía desde la modernidad, teniendo como máxima referencia el Cogito... de Descartes, deja la insatisfacción de no poder confiar plenamente en que el mundo que vivimos sea real. La dicotomía que se plantea es la siguiente: ¿el principio del mundo es la materia -res extensa- que ha de ser conocida o la idea -res cogitans- que concibe ese mundo? ¿Sujeto u objeto? La respuesta de Ortega va a ser: ninguna de las dos. La realidad radical es perspectiva (perspectivismo). ¿Qué significa esto? Influido por las corrientes de filosóficas contemporáneas, supera la concepción sustancialista y estática del ser y concibe la realidad como actividad. La realidad radical es la actividad misma de percibir y de actuar y en el mundo; percibir implica los dos polos: el sujeto que percibe y el objeto que es percibido. No es una "cosa", sino un "hacer", una actividad. Y no se pueden concebir aisladamente sujeto u objeto.

¿En qué medida sirve esto para explicar la realidad española, que tanto le interesa?
     Su cita más célebre: "yo soy yo y mi circunstancia", expresa esa aplicación de la filosofía a la vida misma. La vida es un que-hacer. Cada hombre no puede concebirse como una individualidad cerrada y aislada; somos fruto de un contexto histórico, heredamos unas creencias y una problemática que constituyen el campo de nuestro que-hacer. Esa es nuestra circunstancia y nuestra perspectiva. Dado que no podemos
¿Significa esto que todo es relativo y que, encerrados en nuestra perspectiva, estamos aislados de las de los demás? No. Podemos mirar varios juntos el mismo paisaje; cada uno tiene un punto de vista, pero comprenderemos mejor ese paisaje si nos movemos, si multiplicamos esas perspectivas. Eso es acercarse a otros puntos de vista y otras culturas. Hay que superar el provincianismo, multiplicar nuestros puntos de vista sobre las cosas, y así enriqueceremos nuestra comprensión del mundo, aprehendiendo mejor su tridimensionalidad.

Del perspectivismo al raciovitalismo y el raciohistoricismo.
     Hemos hablado de la circunstancia como el punto de vista desde el que conocemos y nos movemos. Pero esto no puede quedarse simplemente en una noción filosófica abstracta: tiene que servir para explicar al hombre y su vida. La vida es dinámica, es un quehacer constante. En su momento se encontraba con otra dicotomía: la que identificaba al hombre con su razón (racionalismo) y la que lo identificaba con sus instintos (vitalismo). ¿Qué está a la raíz, cuál de las dos define al hombre? Ambas y ninguna aislada. La tendencia  a reducir al hombre a un ser racional, que conoce a través de su razón, la ilustra como la "ironía de Sócrates". Para ilustrar la tendencia que se opone a lo anterior va a elegir un personaje emblemático del acerbo cultural español: el hombre reducido a impulso vital se ilustra con la "ironía de don Juan".
     Superación de la razón pura y de la vida como mera biología: No podemos reducir al hombre a ninguna de las dos. La forma de superar esta dicotomía es entender la razón como una función de la vida. La vida es un que-hacer, y en cuanto tal es problemática: estamos constantemente eligiendo. Hay que entender por razón toda acción intelectual que nos pone en contacto con la realidad. La razón pura es sólo un caso límite de la razón vital. Percibe esencias eternas (al modo platónico), pero no capta la naturaleza temporal y dinámica de la vida. Eliminar la razón como parte definitoria del hombre tampoco es solución; el hombre no es sólo impulso. Somos libres, estamos condenados a elegir constantemente, a tomar decisiones, y en ese ir tomando decisiones vamos elaborando nuestra vida. La vida vida humana es biográfica, no meramente biológica.
    El desenvolvimiento de la historia. El ser humano está definido por el momento histórico que le toca vivir y que configura su circunstancia. La razón no se desenvuelve solo en la vida de cada hombre, sino que se desenvuelve también en la historia. ¿Cómo? Por generaciones. Cada generación implica un modo peculiar de entender la vida, y el modo de entenderla de una generación responde al modo de la generación anterior. Ortega enmarca la duración de las generaciones en 15 años. Para entender este desenvolvimiento histórico distingue entre contemporáneos (personas que viven en el mismo momento histórico) y coetáneos (personas de la misma generación, que comparten por tanto un mismo modo de ver la vida). Ese modo de ver la vida constituye la dimensión social de la misma; pero no toda relación entre hombres se define desde esa dimensión social; por eso  distingue las relaciones sociales de las interindividuales (éstas definidas no por los valores generacionales, sino por el carácter, los lazos afectivos...).

¿Cómo hay, pues, que vivir la vida?: la moral orteguiana
     La vida es actividad, pero no toda actividad es un quehacer responsable. Algunas actividades (comer, respirar, imaginar...) no requieren responsabilidad -en el sentido de responder de ellas-. Ortega va a referirse a las acciones que implican una elección, y por tanto una justificación, una responsabilidad respecto a esa elección.
    Extrayendo todo el potencial filosófico del idioma español, Ortega entiende que para entender la moral no hay que contraponerla a "inmoral", sino a "desmoralizado". No tener moral es no se dueño de la propia vida, no ser responsable de nuestras elecciones. Nos definimos y nos vamos formando por un sistema de creencias; si éstas están activa y responsablemente configuradas, somos morales, somos nosotros mismos. Si no, somos seres pasivos, desmoralizados, sin intensidad: nos dejamos hacer.
     Por eso, en cuanto "ser" es ser activo, es actuar desde uno mismo, entiende que hay grados de ser en el hombre. Se puede ser más o menos íntegro, más o menos hombre o mujer, más o menos coherente o seguro de uno mismo... Quien se deja llevar es menos, en la medida en que es menos auténtico, menos responsable
 de su vida. Quien se deja llevar es más "hombre masa" que hombre auténtico.

¿Cuál es el papel de la filosofía?
     La filosofía es un modo problemático de ver la realidad: es un cuestionarse activamente las propias creencias, un intento activo de aprehender la realidad.
     La filosofía es, pues, una atitud vital. Para explicarlo explica que, en la vida, para actuar y elegir, necesitamos saber "a qué atenernos". Para ello funcionamos con un sistema de creencias. Las creencias con que nos manejamos pueden entrar en contradicción unas con otras. Si nos hacemos conscientes de ello por cualquier circunstancia, entonces tenemos que enfrentarnos a construir de forma activa nuestra concepción del mundo. Vivir implica aprehender el mundo de un determinado modo; filosofar implica aprehenderlo en toda su integridad, intentando hacer coherentes todas nuestras creencias sobre el mismo.
     Para distinguir la filosofía de otras actividades cognitivas la caracteriza diciendo que ha de ser: autónoma (no sujeta a unas tradiciones o revelaciones, a justificaciones fuera de sí misma), universal (tiene que abarcar la totalidad de la realidad, no un aspecto parcial de ésta). Esto implica que sea probada por sí misma y hecha por el hombre, lo que la distingue de la religión (cuya prueba es la revelación) y de la poesía (que es una imagen del mundo que no necesita ser coherente con otras, no responde, pues, de sí misma ni se justifica).

     La filosofía de Ortega trasciende los límites de la circunstancia española y adquiere una relevancia de ámbito mundial, como respuesta a las corrientes filosóficas de su época. Se adelantó a muchos fenómenos de nuestro tiempo, de plena actualidad, como la cultura de masas (cuyo papel describe en La rebelión de las masas). Se convierte así en un precursor de la postmodernidad. Su influencia se percibe de forma más directa en los autores de la llamada Escuela de Madrid.

miércoles, 4 de mayo de 2011

ALGUNAS TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DEL ESTADO Y LAS LEYES SEGÚN LA NATURALEZA DEL HOMBRE




PLATÓN: en busca del Estado ideal

     Plantea una teoría sobre el Estado ideal basado en la justicia, como concepto objetivo que han de conocer los filósofos. Para que el Estado sea justo, cada persona, según la inclinación de su naturaleza (apetitivo, visceral o racional), ha de ocupar un puesto dentro de ella.



La ciudad nace, en mi opinión, por darse la circunstancia de que ninguno de nosotros se basta a sí mismo, sino que necesita de muchas cosas (…). Así pues, cada uno va tomando consigo a tal hombre para satisfacer esta necesidad y a tal otro para aquélla; de este modo, al necesitar todos de muchas cosas, vamos reuniendo en una sola morada a multitud de personas en calidad de asociados y auxiliares, y a esta cohabitación damos el nombre de ciudad”.
Platón, República, 369b-c.


ARISTÓTELES: el hombre como animal racional y social

     Para Aristóteles el Estado es la forma natural de vivir del hombre. Define al hombre como zoon politikón, es decir, animal social. Fuera del Estado (entendido como polis), el hombre pierde su naturaleza, deja de ser humano. Quien vive al margen del Estado es un animal o un dios.


(Política, libro 1,1)



"El porqué sea el hombre un animal político, más aún que las abejas y todo otro animal gregario, es evidente. La naturaleza - según hemos dicho - no hace nada en vano; ahora bien, el hombre es entre los animales el único que tiene logos."
(Política, libro 1, 1)



El hombre es el único animal que tiene logos. La voz es signo del dolor y del placer, y por eso la tienen también los demás animales, pues su naturaleza llega hasta tener sensación de dolor y de placer y significársela unos a otros; pero el logos es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre, frente a los demás animales, el tener él solo el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, etc., y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad.
TEORÍAS DEL PACTO SOCIAL


     Las teorías contractualistas son aquéllas que se basan en la idea de que el Estado es fruto de un contrato o pacto social entre los hombres. Distinguen de este modo entre el estado social y el estado de naturaleza. Pero no hay que entender por tal el estado históricamente primitivo del hombre, sino una abstracción conceptual para entender cuál es la base natural que legitime o justifique la formación y configuración de los distintos Estados.
     El contexto en que surgen es el de las transformaciones económicas y políticas que llevarán consigo las revoluciones burguesas y la aparición del mercantilismo y las nuevas formas de riqueza. Es un contexto histórico en que el derecho divino al gobierno, propio de las monarquías absolutistas, está estorbando los intereses comerciales de esa nueva burguesía adinerada, que ve frenada su actividad económica dentro y fuera de sus países por la dependencia de los aranceles y los permisos reales. En Inglaterra desembocará en el parlamentarismo, mientras que en Francia, más reacia a transformar la sociedad estamental y más aferrada al absolutismo, acabará desembocando en la Revolución Francesa.

HOBBES (1588-1679)

     El Estado surge a partir de un pacto social que establecen los hombres entre sí para su seguridad personal. El estado de naturaleza, para este autor, es un estado de guerra.
     Parte de que el hombre es malo por naturaleza (homo homini lupus: “el hombre es un lobo para el hombre”). Por ello necesita asociarse, delegando su poder, su capacidad de autogobierno, para garantizar su supervivencia. No obstante, si el gobernante no es capaz de proporcionar seguridad a la colectividad, los miembros de ésta pueden considerar roto el pacto y deponerlo. El Estado, entonces, es como un gigantesco hombre artificial, como Leviatán, compuesto por todos los individuos, instaurado para defender al hombre natural, que sin la existencia de este Estado estaría condenado a la guerra civil permanente. Dicho Estado está, pues, engendrado por el mismo hombre. No es natural, sino artificial, como artificial es una máquina. Este estado absolutista o Leviatán, mitad monstruo, mitad dios, es «el dios mortal al que debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa» (Leviatán, 2, 17). Además del Leviatán (publicado en 1651) Hobbes dedicó al estudio del Estado otros textos importantes: Los elementos de la ley (1640) y De cive (1642).




LOCKE (1632-1704)

     El estado de naturaleza para este autor incluye ya de algún modo su naturaleza social. Es un estado de completa libertad e igualdad, en que rige una ley natural que obliga a todos: derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad.
     Parte, pues, de una teoría de los “derechos naturales” naturales del hombre. Estos derechos son revelados por la misma razón, sin necesidad de leyes. El principal de estos derechos básicos, anterior a las diversas constituciones, es el derecho a la propiedad privada.
     El contrato social que transforma el estado de naturaleza es consecuencia de la inseguridad que se genera cuando hay conflictos. En caso de conflictos, el hombre se vuelve egoísta y parcial.




ROUSSEAU (1712-1778)

     El Estado surge con la propiedad privada, que no existe en el estado de naturaleza.
     “El hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad le corrompe”. (El Emilio). Por ello debemos volver al estado de naturaleza.
     Rousseau sitúa la soberanía en la voluntad general, que sería el denominador común de todas las voluntades particulares. Se justifica aduciendo que, si no existiera en la sociedad ningún interés común, sería imposible hablar de una sociedad civil, y menos de un contrato social. Está, por tanto, en contra, de la división de poderes y de la delegación de poder.



JOHN RAWLS (1921-2002)

     Siguiendo las teorías del contrato social, Rawls se pregunta cómo formular los mejores principios de justicia para regir una sociedad bien ordenada y que ofrezcan un criterio de evaluación de sus instituciones y de su estructura básica. Parte de los siguientes principios:
     · Principios formales: libertad, igualdad y propiedad privada.
     · Principios de contenido: distribución de los bienes económicos y la igualdad de oportunidades.




Una sociedad está bien ordenada no sólo cuando está diseñada para promover el bien de sus miembros, sino cuando también está efectivamente regulada por una concepción de la justicia. Esto quiere decir que se trata de una sociedad en la cual: cada individuo acepta y sabe que los otros aceptan los mismos principios de justicia, y las instituciones sociales básicas satisfacen generalmente estos principios y se sabe generalmente que lo hacen.

Rawls: Teoría de la justicia.

Supongo a los hombres llegados a ese punto en que los obstáculos que se oponen a su conservación en el estado de naturaleza superan con su resistencia a las fuerzas que cada individuo puede emplear para mantenerse en ese estado. Entonces dicho estado primitivo [el de naturaleza] no puede ya subsistir, y el género humano perecería si no cambiara su manera de ser.
…Este paso del estado de naturaleza al estado civil produce en el hombre un cambio muy notable, substituyendo en su conducta el instinto por la justicia, y dando a sus acciones la moralidad que les faltaba antes.

J.J. Rousseau: Contrato social.

Si en el estado de naturaleza la libertad de un hombre es tan grande como hemos dicho; si él es señor absoluto de su propia persona y de sus posesiones en igual medida que pueda serlo el más poderoso; y si no es súbdito de nadie, ¿por qué decide mermar su libertad? ¿Por qué renuncia a su imperio y se somete al dominio y control de otro poder? La respuesta a estas preguntas es obvia. Contesto diciendo que, aunque en el estado de naturaleza tiene el hombre todos esos derechos, está, sin embargo, expuesto constantemente a la incertidumbre y a la amenaza de ser invadido por otros. Pues como en el estado de naturaleza todos son reyes lo mismo que él, cada hombre es igual a los demás; y como la mayor parte de ellos no observa estrictamente la equidad y la justicia, el disfrute de la propiedad que un hombre tiene en un estado así es sumamente inseguro. Esto lo lleva a querer abandonar una condición en la que, aunque él es libre, tienen lugar miedos y peligros constantes; por lo tanto, no sin razón está deseoso de unirse en sociedad con otros que ya están unidos o que tienen intención de estarlo con el fin de preservar sus vidas, sus libertades y sus posesiones, es decir, todo eso a lo que doy el nombre genérico de “propiedad”.

J. Locke: Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil.

Y dado que la condición del hombre (como se ha declarado en el capítulo precedente) es condición de guerra de todos contra todos, en la que cada cual es gobernado por su propia razón, si que haya nada que pueda servirle de ayuda para preservar su vida contra sus enemigos, se sigue que en una tal condición todo hombre tiene derecho a todo, incluso a l cuerpo de los demás. Y, por tanto, mientras persista este derecho natural de todo hombre a toda cosa no puede haber seguridad para hombre alguno (por muy fuerte o sabio que sea) de vivir todo el tiempo que la naturaleza concede a ordinariamente a los hombres para vivir. Y es por consiguiente un precepto, o regla general de la razón, que todo hombre debiera esforzarse por la paz, en la medida en que espere obtenerla, y que cuando no puede obtenerla, puede entonces buscar y usar toda la ayuda y las ventajas de la guerra, de cuya regla la primera rama contiene la primera ley de la naturaleza, que es buscar la paz y seguirla, la segunda, la suma del derecho natural, que es defendernos por todos los medios que podamos.

Th. Hobbes: Leviatán o la invención moderna de la razón.

"Es pues manifiesto que la ciudad es por naturaleza anterior al individuo, pues si el individuo no puede de por sí bastarse a sí mismo, deberá estar con el todo político en la misma relación que las otras partes lo están con su respectivo todo. El que sea incapaz de entrar en esta participación común, o que, a causa de su propia suficiencia, no necesite de ella, no es más parte de la ciudad, sino que es una bestia o un dios".