jueves, 8 de abril de 2021

 


COMENTARIO DE TEXTO: MARX

De donde se desprende que todas las luchas que se libran dentro del Estado, la lucha entre la democracia, la aristocracia y la monarquía, la lucha por el derecho de sufragio, etc., no son sino las formas ilusorias bajo las que se ventilan las luchas reales entre las diversas clases (de lo que los historiadores alemanes no tienen ni la más remota idea, a pesar de habérseles facilitado las orientaciones necesarias acerca de ellos en los Anales Franco-Alemanes y en la Sagrada Familia). Y se desprende, asimismo, que toda clase que aspire a implantar su dominación, aunque ésta, como ocurre en el caso del proletariado, condicione en absoluto la abolición de toda forma de la sociedad anterior y de toda dominación en general, tiene que empezar conquistando el poder político, para poder presentar su interés como el interés general, cosa a que en el primer momento se ve obligada.

 

Marx: La ideología alemana, 264-279.

 

 

El texto explica cuáles son las condiciones de la lucha de clases y cómo ésta es el condicionante de la historia, a lo largo de todas las épocas, y frente a otras concepciones de la historia que se imponen en su época.

Comienza exponiendo que los diversos cambios políticos (democracia, monarquía, etc.) no son sino fruto de la lucha de clases. El origen de los cambios históricos, pues, no es ideal (meramente ideológico), sino material (las condiciones de vida e intereses de las distintas clases sociales). Cada clase social tiene sus propios intereses, que dependen de las condiciones sociales en que se encuentran. Son esos intereses los que provocan la confrontación y fomentan la lucha. La confrontación de las distintas organizaciones políticas, en cuanto ideologías, son, por tanto, ilusorias. Lo que se mueve detrás no es la creencia en uno u otro orden, sino la defensa de los propios intereses. Por ello concluye que “toda clase que aspire a implantar su dominación… tiene que empezar conquistando el poder político”, para “presentar su interés como el general”. El interés hace referencia aquí a las condiciones de vida, dependientes de las condiciones de producción. Éstas son la infraestructura; el poder político es la estructura que se desprende de esas condiciones, y lo poseen aquellos que dominan los medios de producción y pueden manejar la opinión pública, generando ideologías.

La finalidad de las ideologías, para Marx, es preservar el poder o hacerse con él. Por eso van a constituir la supraestructura, porque las considera derivadas del poder político y por ende de las relaciones económicas.

Esta realidad histórica, concebida de tal modo por Marx, que se define como materialismo-dialéctico-histórico, no ha sido comprendida, nos dice, por los historiadores alemanes. Aquí está haciendo una crítica al idealismo hegeliano. Aunque Hegel introduce la historia, el devenir o la evolución en la filosofía (en la explicación de la realidad última) cree que esa historia se desenvuelve a través de la idea, de la confrontación dialéctica de las distintas ideas. Marx asume esa evolución dialéctica, consistente en la confrontación y la lucha de dos polos opuestos, pero parte de una realidad material, no ideal, y esa realidad material se expresa en la historia en las distintas clases sociales, a las que opone como tesis y antítesis en dos grupos: los que poseen los medios de producción y los que trabajan. Por eso en el texto no habla directamente de épocas o regímenes, con sus ideologías, sino directamente de clases, y en su época concreta hace una alusión directa al proletariado, la clase explotada. Ésta, señala, para acabar con su explotación, tiene que hacerse primero con el poder político. Entonces podrá defender sus intereses, porque la historia evoluciona por la lucha de cada clase social por sus propios intereses. En su explicación del devenir histórico, Marx está adelantando aquí lo que plantea como el nuevo estadio de superación del estado capitalista: la dictadura del proletariado.

(Se puede añadir el contexto, las influencias recibidas y las repercusiones de su pensamiento).

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