ARISTÓTELES
“todos los que se interesan por la buena legislación indagan acerca de la bondad y maldad cívicas. Así resulta también manifiesto que la ciudad que verdaderamente lo es, y no sólo de nombre, debe preocuparse de la virtud; porque si no, la comunidad se convierte en una alianza que sólo se diferencia localmente de aquéllas en que los aliados son lejanos, y la ley en un convenio y, como dice Licofrón el sofista, en una garantía de los derechos de unos y otros, pero deja de ser capaz de hacer a los ciudadanos buenos y justos”.
Aristóteles, Política III, 9, 1230b 5-12.
El hombre es el único animal que tiene palabra (lógos). La voz es signo del dolor y del placer, y por eso la tienen también los demás animales, pues su naturaleza llega hasta tener sensación del dolor y del placer y significársela unos a otros; pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre, frente a los demás animales, el tener él solo el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, etc., y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad.
Aristóteles, Política, 1, 2,1253a 9-18)
Hay tres formas de gobierno, e igual número de desviaciones, que son como corrupciones de aquéllas. Las formas son la realeza y la aristocracia, y una tercera basada en la propiedad, que parece propio llamarla timocracia, pero que la mayoría suele llamarla república . La mejor de ellas es la realeza, y la peor la timocracia. Las desviaciones son: de la realeza, la tiranía; ambas son monarquías, pero son muy distintas; el tirano mira a su propio interés, el rey, al de los gobernados. Porque no hay rey que no se baste a sí mismo y que no sea superior a sus súbditos en todos los bienes, y tal hombre no necesita nada, por tanto no puede buscar su propio provecho sino el de los gobernados, pues un rey que no fuer así lo seria sólo de nombre.
La tiranía es lo contrario de la realeza, porque el tirano persigue lo que es bueno par él. Está muy claro que la tiranía es la peor desviación, pues lo peor es lo contrario de lo mejor.
Aristóteles: Ética a Nicómaco.
De la realeza se pasa a la tiranía, pues la tiranía es una monarquía vil, y el rey malo se convierte en tirano. De la aristocracia se pasa a la oligarquía, por la maldad de los gobernantes, que distribuyen los bienes de la ciudad en contra del mérito, tomando para sí mismos todos o la mayoría de los bienes, distribuyendo las magistraturas siempre a los mismos, y preocupándose, sobre todo, de enriquecerse; de modo que los que mandan son unos pocos y malos, en vez de los más dignos. De la timocracia se pasa a la democracia, pues ambas son limítrofes; en efecto, también la timocracia puede ser un gobierno de la multitud, y todos los que tienen propiedad son iguales. La democracia es la menos mala de las desviaciones, porque se desvía poco de la forma de la república.
Estas son, por tanto, las formas de gobierno que cambian más a menudo, pues éstas son las transiciones más pequeñas y más fáciles.
Aristóteles: Ética a Nicómaco.
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