DORIAN GRAY O LAS ARTES DE MORFEO
Retrato de Dorian Gray, por Mercuralis
Es muy habitual preguntarse qué hace que un clásico sea clásico, o qué queremos decir con ello. No es en el argumento en sí, en el motivo o en la trama, donde se muestra la genialidad del arte; el arte re-crea la realidad, buceando en las entrañas de su ser y extrayendo nuevas formas de sus semillas.
Dejando aparte el debate ético sobre el apetito fáustico, lo que me ha cautivado especialmente de este libro es que está cargado de filosofía; pero de la que te obliga a reflexionar desde tus propias entrañas. Están el ser y el tiempo, el bien y el mal, la realidad y la apariencia... Pero hay otro tema que me ha resultado filosóficamente más cautivador: el instante y la eternidad. Creo que la novela está fuertemente arraigada en el sempiterno conflicto humano de encontrar ese sentido atemporal de la vida. En todo ello, las sensaciones y los sentimientos, la conciencia, la vida como apertura -de ahí la muerte que supone el narcisismo- y como creación artística, juegan su propio papel como hilos que van urdiendo ese retrato del miedo a lo efímero, a la muerte, al dejar de ser de lo que somos y de lo que amamos. Y el gran arma mortal con que se urde toda esa vorágine corruptora del alma: el lenguaje.
¿Qué conceptos de la vida se contraponen en ese duelo entre instante y eternidad? Escuchemos el punto de partida -aunque aparezca al final- de Henry Wotton:
"Life is a question of nerves, and fibres, and slowly built-up cells in wich thought hides itself and passion has it dreams".
(la vida es cuestión de nervios, y fibras, y células que se construyen lentamente en las cuales el pensamiento se esconde y la pasión tiene sus sueños)
Parece que Damasio ha tenido sus antecedentes literarios. ¿Qué sabemos sobre la vida? Lo único que conocemos es la vida misma: sus expresiones y acontecimientos aquí. Cuando hablamos del alma ya no pensamos en un principio de movimiento, sino en un trasunto de esta vida más eterno e imperecedero, idéntico a sí mismo a través de las transformaciones implacables del tiempo. ¿Cuál será, entonces, la realidad última, los átomos compositivos de nuestro mundo interior? Las sensaciones. Placer y dolor. Refinar el placer en sus más exquisitas formas será la única posible sublimación de la vida.
¿Qué son aquí los sentimientos? Huellas de sensaciones del pasado; de un pasado que ya no existe, que ya no es. Wotton nos presenta esas permanencias como cadenas que nos alejan de la raíz de la vida -el placer, la belleza como sensación-, siendo así que los superficiales serían entonces los que se anclan a constancias -fidelidad, recuerdos, remordimientos...- y los profundos quienes dominan sus sentimientos y se liberan de ellos.
What is the actual lapse of time got to do with it? It is only shallow people who requiere years to get rid of an emotion. A man who is master on himself can end a sorrow as easily as he can invent a pleasure.
(chapter 8)
(¿Qué tiene que ver el actual lapso de tiempo con esto? Es sólo la gente superficial quien requiere años para superar una emoción. Un hombre dueño de sí mismo puede acabar con un dolor tan fácilmente como inventar un placer)
Muy nietzscheano el planteamiento de creación y destrucción como verdadero sentido de la vida. Sin embargo, hay una trampa escondida en estas apologías del egoísmo sensualista: la búsqueda del refinamiento, de la belleza; de la constancia, incluso, en el apetito de placer. Es una forma de buscar la eternidad. Si la eternidad está en este mundo, ¿dónde se esconde? He aquí la respuesta: en el instante. Curiosamente es lo que defienden también las místicas orientales: aquí y ahora, olvidando lo que hice o lo que haré, vaciando el pensamiento de contenidos.Wotton propone a Gray huir de la esclavitud de los sentimientos, quizá porque nos anclan en el tiempo. Todo lo que nos separa del instante nos separa de la eternidad. ¡Qué dionisíaco, pretender ascender a los dioses a través de lo más animal, de lo más brutal e instintivo en nuestra naturaleza!
Pero el ser humano no está hecho para el mero instante, al menos en hacia lo que tiende su naturaleza. El ser humano podría definirse por su sed de constancia, de eternidad. ¿Qué es lo que conforma su naturaleza? El lenguaje. ¿Y qué es el lenguaje sino la cristalización de las semejanzas y constancias que buscamos en lo que percibimos? El lenguaje no es sólo las palabras con que nos expresamos, sino con las que pensamos; y en ello, con las que nos canalizamos hacia el mundo. ¿Realmente lo creamos con él?
If one doesn't talk about a thing, it has never happened. It is simply expression, as Harry says, that gives reality to things.
(chapter 9)
(Si no se habla de algo, eso nunca ha ocurrido. Es la mera expresión, como dice Harry, la que da realidad a las cosas)
Hermosa forma de expresar la tan antigua profesión de fe de los sofistas: el hombre es la medida de todas las cosas.
El lenguaje es la mano de Morfeo: creador de formas, de imágenes, intermediario entre la mente y la realidad. Y la realidad es ese lado oscuro de las cosas. Ese inconsciente en forma de conciencia que a Dorian Gray le es concedido contemplar en un cuadro. Esa oscuridad que soñamos eterna y a la que llamamos alma se nos presenta como nuestra propia sombra, lo que no podemos ver de nosotros mismos. El lenguaje es un peligroso creador: puede adentrarnos en las aguas profundas de nuestra realidad o mantenernos en su superficie, formando crestas de olas fantásticas con las que ocultar el fondo que se esconde tras ella. Un poder creador que Wotton sabe apreciar muy bien.
"I can stand brute force, but brute reason is quite unbearable. There is something unfair about its use. It is hitting below the intelect".
(Puedo tolerar la fuerza bruta, pero la razón bruta es intolerable. Hay algo incorrecto en su uso. Es un golpe bajo al intelecto)
Hermosa apología del lenguaje embaucador, en su aspecto creativo frente al revelador. Arte, creación: ése el el sentido que Wotton le otorga a la vida; así lo expresa en una nietzscheana visión de la música. "What a blessing it is that there is one art left to us that it is not imitative!"
(¡Qué bendición que dispongamos de un arte que no sea puramente imitativo!) Pero en todo ello no puede evitar traslucir el mismo anhelo que expresa todo lo que desprecia: el ansia de eternidad. ¿Qué es la juventud aquí sino ese mágico instante de perfección, la cumbre entre la ladera del desarrollo y la de la decrepitud? El arquetipo, la idea platónica; la eternidad. Intentar poseerla es morir; para Dorian como para Basil, por distintos motivos. Y detrás de ambos, esa sombra perdida que quizá nunca debió salir a la luz: el alma. Lord Wotton, defensor del placer y la belleza, busca la realización en el instante, mientras Basil Hallward busca la eternidad platónica; pero también a través de sus formas visibles.
Concluyo con otra cita -muy de tono platónico dialéctico, por cierto-, que culmina esta reflexión a ninguna parte.
"The way of paradoxes is the way of truth. To test Reallity we must see it on the tightrope. When the Verities become acrobats we can judge them".
((El camino de las paradojas es el camino de la verdad. Para examinar la realidad debemos mirarla sobre la cuerda floja. Cuando las verdades se convierten en acróbatas entonces podemos juzgarlas).