jueves, 29 de julio de 2010

LOS NABUCODONOSORCITOS

¿Alguien recuerda a los nabucodonosorcitos?  Debo reconocer que yo no los recordaba, aunque vagamente me sonaba el nombre. La broma salió cuando alguien recordó que vivían en las macetas de Epi. Tiene gracia lo entrañablemente absurdos que son los universos infantiles. Aquí dejo un pequeño recuerdo, que no sé si quiere ser una lección de ecología.


Bueno, al menos, si no ecología, hemos aprendido algo sobre la relatividad. ¿no?

martes, 27 de julio de 2010

El retrato de Dorian Gray

DORIAN GRAY O LAS ARTES DE MORFEO


Retrato de Dorian Gray, por Mercuralis


Es muy habitual preguntarse qué hace que un clásico sea clásico, o qué queremos decir con ello. No es en el argumento en sí, en el motivo o en la trama, donde se muestra la genialidad del arte; el arte re-crea la realidad, buceando en las entrañas de su ser y extrayendo nuevas formas de sus semillas.
Dejando aparte el debate ético sobre el apetito fáustico, lo que me ha cautivado especialmente de este libro es que está cargado de filosofía; pero de la que te obliga a reflexionar desde tus propias entrañas. Están el ser y el tiempo, el bien y el mal, la realidad y la apariencia... Pero hay otro tema que me ha resultado filosóficamente más cautivador: el instante y la eternidad. Creo que la novela está fuertemente arraigada en el sempiterno conflicto humano de encontrar ese sentido atemporal de la vida. En todo ello, las sensaciones y los sentimientos, la conciencia, la vida como apertura -de ahí la muerte que supone el narcisismo- y como creación artística, juegan su propio papel como hilos que van urdiendo ese retrato del miedo a lo efímero, a la muerte, al dejar de ser de lo que somos y de lo que amamos. Y el gran arma mortal con que se urde toda esa vorágine corruptora del alma: el lenguaje.

¿Qué conceptos de la vida se contraponen en ese duelo entre instante y eternidad? Escuchemos el punto de partida -aunque aparezca al final- de Henry Wotton:


"Life is a question of nerves, and fibres, and slowly built-up cells in wich thought hides itself and passion has it dreams".
(la vida es cuestión de nervios, y fibras, y células que se construyen lentamente en las cuales el pensamiento se esconde y la pasión tiene sus sueños)


Parece que Damasio ha tenido sus antecedentes literarios. ¿Qué sabemos sobre la vida? Lo único que conocemos es la vida misma: sus expresiones y acontecimientos aquí. Cuando hablamos del alma ya no pensamos en un principio de movimiento, sino en un trasunto de esta vida más eterno e imperecedero, idéntico a sí mismo a través de las transformaciones implacables del tiempo. ¿Cuál será, entonces, la realidad última, los átomos compositivos de nuestro mundo interior? Las sensaciones. Placer y dolor. Refinar el placer en sus más exquisitas formas será la única posible sublimación de la vida.
¿Qué son aquí los sentimientos? Huellas de sensaciones del pasado; de un pasado que ya no existe, que ya no es. Wotton nos presenta esas permanencias como cadenas que nos alejan de la raíz de la vida -el placer, la belleza como sensación-, siendo así que los superficiales serían entonces los que se anclan a constancias -fidelidad, recuerdos, remordimientos...- y los profundos quienes dominan sus sentimientos y se liberan de ellos.


What is the actual lapse of time got to do with it? It is only shallow people who requiere years to get rid of an emotion. A man who is master on himself can end a sorrow as easily as he can invent a pleasure.
(chapter 8)

(¿Qué tiene que ver el actual lapso de tiempo con esto? Es sólo la gente superficial quien requiere años para superar una emoción. Un hombre dueño de sí mismo puede acabar con un dolor tan fácilmente como inventar un placer) 
Muy nietzscheano el planteamiento de creación y destrucción como verdadero sentido de la vida. Sin embargo, hay una trampa escondida en estas apologías del egoísmo sensualista: la búsqueda del refinamiento, de la belleza; de la constancia, incluso, en el apetito de placer. Es una forma de buscar la eternidad. Si la eternidad está en este mundo, ¿dónde se esconde? He aquí la respuesta: en el instante. Curiosamente es lo que defienden también las místicas orientales: aquí y ahora, olvidando lo que hice o lo que haré, vaciando el pensamiento de contenidos.Wotton propone a Gray huir de la esclavitud de los sentimientos, quizá porque nos anclan en el tiempo. Todo lo que nos separa del instante nos separa de la eternidad. ¡Qué dionisíaco, pretender ascender a los dioses a través de lo más animal, de lo más brutal e instintivo en nuestra naturaleza!


Pero el ser humano no está hecho para el mero instante, al menos en hacia lo que tiende su naturaleza. El ser humano podría definirse por su sed de constancia, de eternidad. ¿Qué es lo que conforma su naturaleza? El lenguaje. ¿Y qué es el lenguaje sino la cristalización de las semejanzas y constancias que buscamos en lo que percibimos? El lenguaje no es sólo las palabras con que nos expresamos, sino con las que pensamos; y en ello, con las que nos canalizamos hacia el mundo. ¿Realmente lo creamos con él?

If one doesn't talk about a thing, it has never happened. It is simply expression, as Harry says, that gives reality to things.
(chapter 9)
(Si no se habla de algo, eso nunca ha ocurrido. Es la mera expresión, como dice Harry, la que da realidad a las cosas)

Hermosa forma de expresar la tan antigua profesión de fe de los sofistas: el hombre es la medida de todas las cosas.
 El lenguaje es la mano de Morfeo: creador de formas, de imágenes, intermediario entre la mente y la realidad. Y la realidad es ese lado oscuro de las cosas. Ese inconsciente en forma de conciencia que a Dorian Gray le es concedido contemplar en un cuadro. Esa oscuridad que soñamos eterna y a la que llamamos alma se nos presenta como nuestra propia sombra, lo que no podemos ver de nosotros mismos. El lenguaje es un peligroso creador: puede adentrarnos en las aguas profundas de nuestra realidad o mantenernos en su superficie, formando crestas de olas fantásticas con las que ocultar el fondo que se esconde tras ella. Un poder creador que Wotton sabe apreciar muy bien.

"I can stand brute force, but brute reason is quite unbearable. There is something unfair about its use. It is hitting below the intelect".
(Puedo tolerar la fuerza bruta, pero la razón bruta es intolerable. Hay algo incorrecto en su uso. Es un golpe bajo al intelecto)

Hermosa apología del lenguaje embaucador, en su aspecto creativo frente al revelador. Arte, creación: ése el el sentido que Wotton le otorga a la vida; así lo expresa en una nietzscheana visión de la música. "What a blessing it is that there is one art left to us that it is not imitative!" (¡Qué bendición que dispongamos de un arte que no sea puramente imitativo!) Pero en todo ello no puede evitar traslucir el mismo anhelo que expresa todo lo que desprecia: el ansia de eternidad. ¿Qué es la juventud aquí sino ese mágico instante de perfección, la cumbre entre la ladera del desarrollo y la de la decrepitud? El arquetipo, la idea platónica; la eternidad. Intentar poseerla es morir; para Dorian como para Basil, por distintos motivos. Y detrás de ambos, esa sombra perdida que quizá nunca debió salir a la luz: el alma. Lord Wotton, defensor del placer y la belleza, busca la realización en el instante, mientras Basil Hallward busca la eternidad platónica; pero también a través de sus formas visibles.
Concluyo con otra cita -muy de tono platónico dialéctico, por cierto-, que culmina esta reflexión a ninguna parte.

"The way of paradoxes is the way of truth. To test Reallity we must see it on the tightrope. When the Verities become acrobats we can judge them". 
((El camino de las paradojas es el camino de la verdad. Para examinar la realidad debemos mirarla sobre la cuerda floja. Cuando las verdades se convierten en acróbatas entonces podemos juzgarlas).

jueves, 15 de julio de 2010

Imágenes del universo

IMÁGENES DEL UNIVERSO

(Imágenes tomadas por el Hubble de nebulosas, cúmulos de estrellas en eclosión...)

La imagen que nos solemos hacer cuando pensamos en el universo es un inmenso espacio negro salpicado de luces blancas, agrupadas o no de diversas formas. ¿No resultan sorprendentes estos paisajes del más allá (nunca mejor dicho)? ¿Qué os sugieren? Cuando las vi por primera vez, no pude evitar pensar en... los dioses. No descarto una unidad primigenia, pero lo que aquí se muestra es un verdadero multiverso. Presencias inmensas, imponentes, magníficas, cargadas de fuerza y belleza, abrumadoras e inaccesibles para el ser humano.
Sabemos que los colores son impresiones de las partículas lumínicas en nuestra retina, que después son procesadas por el cerebro. Son, por tanto, subjetivos; o al menos, como tenemos una naturaleza humana común, son intersubjetivos: los percibimos -creemos- del mismo modo. Pero, ¿acaso eso le quita realidad? Estas imágenes son formas en que el universo se nos aparece; muestran un universo-para-el-hombre. Seguramente nos sería imposible contemplarlas al natural, se nos muestran a través de ingenios tecnológicos que, a modo de oráculos, median entre los esquemas perceptivos de nuestra naturaleza y esa realidad que cada vez se nos muestra más inmensa, más inabarcable.
El origen de los dioses (quizá también intersubjetivo) está en cielo. Son personificaciones de las fuerzas que rigen el mundo en que vivimos; las que imprime el cielo sobre nuestras cabezas y las fuerzas desatadas que emanan de la tierra (al fin y al cabo, un planeta más en este universo).
Con imaginación, desde luego, pero decidme si no parece una narración ilustrada de la Teogonía: desde la formación de Urano, el nacimiento de los titanes, Cronos elevándose altivo, la lucha de titanes y la formación del cosmos que implica la aparición de los crónidas, con Zeus a la cabeza. Os dejo con estas visiones de fuerzas uránicas, de explosiones titánicas, de tensiones y furias quizá como las que precedieron, en el principio de nuestros tiempos, a la formación de ese punto de cosmos que constituye nuestro Olimpo.






sábado, 10 de julio de 2010

Exposición de Turner

Luz, atmósfera, aguas, color, romanticismo, fuerza, pasión... Desde la más absoluta ignorancia en lo que a comentario artísitco de pintura se refiere, sólo puedo describir a través de sensaciones y sugerencias la impresión que me queda de la expiosición de Turner (Turner y los maestros, museo del Prado, hasta el 19 de septiembre). Como recuerdo, he hecho una pequeña selección de los que más me han gustado.

Dido construye Cartago


Eneas y la Sibila, lago del Averno


Palestrina


El declive del imperio cartaginés

Luz y color (teoría de Goethe)

Tormenta de nieve


lunes, 5 de julio de 2010

"MEDITACIONES METAFÍSICAS" SOBRE
EL MUNDIAL
Y QUE OPINE CADA CUAL

Aunque soy consciente de pertenecer a una minoría marginal, incomprendida y a menudo muy mal vista (el colectivo de aquéllos a los que no nos gusta el fútbol -subespecie agravante de los que lo critican-) he decidido reflexionar sobre tan apasionante fenómeno. Mi postura previa siempre había sido decir que, como la religión para Marx, el fútbol era el opio del pueblo. Además, siempre he observado que genera enfrentamientos, separaciones entre pueblos y ciudades, en vez de acercamientos, bajas pasiones belicistas e incluso en extremos, violencias justificadas porque "el fútbol es así". 
¿Será posible que mueva tanto algo que me parece tan negativo? En pleno mundial, y ante mi propia euforia cuando gana España (seré tan belicista y pasional como cualquiera, qué le vamos a hacer), he decidido entender lo que de bueno tenga. Pero como desconozco casi por completo el elegido objeto de mi reflexión, tendré que atenerme, como Tomás de Aquino con Dios, a intentar conocerlo por sus efectos. 
Aristóteles pensaba que los Juegos Olímpicos eran un signo de civilización, porque imponían una tregua a la guerra, y era una forma de desahogar los instintos bélicos, liberándose de las lamentables consecuencias que las guerras traen consigo. Puede que sea éste el único argumento que entiendo para explicar por qué la gente se vuelve loca de emoción por algo con lo que, de forma efectiva, no ganamos nada.
Por otro lado, ¿a qué vienen esas pasiones desenfrenadas, que hacen sufrir más veces que dan alegrías -que me expliquen, si no, lo de los hinchas del atleti... con perdón-?. Bueno, a lo mejor también le encontramos una explicación razonable: la katarsis. Debe ser algo así como el gusto por ir a ver tragedias, o dramones, o películas de miedo. En este caso, ¿qué pasiones se liberan? Otra vez, los instintos bélicos. Porque esto es como la guerra, pero sin aliados. Como decían los de Mad Max, sólo puede quedar uno...

Pero vamos con otra crítica. ¿No es función del hombre ser racional? ¿Y no debería ser ese su horizonte? La paz, la concordia... Puede que el fútbol, qué duda cabe, sea más civilizado que la guerra, pero su existencia demuestra que no nos liberamos de ese instinto. Tendremos que dar la razón a Hobbes: dado que tendemos a destruirnos, mejor de forma ficticia. 
Intentémoslo de nuevo enfocando el tema desde la luz natural de la razón. Sigamos el método cartesiano; analicemos y descartemos lo que no sea seguro, y tal vez alcancemos la piedra angular a partir de la cual entender el fútbol y redimir a la humanidad de su naturaleza condenada al belicismo. ¿Qué diría Descartes?... No sé, dudo mucho qué podría pensar Descartes sobre la naturaleza de esta "res" llamada fútbol. Muy cogitans no es, más bien se ve claro que es extensa. Pero en la medida en que lo percibimos, ¿no estará sólo en mi pensamiento? Claro que, quién me dice que realmente eso era un penalti, o una falta, o un córner... ¿No estarán más bien mis pulsiones hinchas engañando mi mente con contenidos falsos? ¿Y si realmente no era gol, no era falta, no era mi equipo el que merecía ganar?... ¡No! No caigamos en esto. ¡Recurramos corriendo a Dios para que nos garantice la victoria e integridad de nuestros colores! (Vaya, me temo que las pasiones han nublado mi razón).
A ver, purifiquemos nuestra razón... Ya está: apelemos a Kant. Veamos: ¿cómo categorizamos el fútbol? Porque es obvio que nos encontramos ante un fenómeno -de masas-. Se desarrolla en unas intuiciones puras muy delimitadas: la longitud de un estadio (que no sé cuanto mide) con sus precisas líneas para marcar el fuera de juego, la meta y esas cosas; y los 90 minutos exactos que dura... De momento, lo que he aprendido es puramente analítico, no hay nada sintético. ¿A qué conclusión llegamos? Nada, para mí es un absoluto noúmeno, nunca llegaré a él, al menos por medio de la razón.
Veámoslo por sus fines. El que gana... Vuelve a competir al año, o a los cuatro... ¿Es que no hay ninguna verdad segura en esto? Me temo que el único que me va a explicar algo es Nietzsche. El fútbol, al fin y al cabo, es un juego. El nihilismo y la creación: crear y destruir, cada liga, cada copa, cada mundial...
En fin, que, como diría Ortega y Gasset, todo es cuestión de perspectiva. Efectivamente, desde la tele uno ve las distintas tomas que muestran desde diversos ángulos la grandeza (que yo nunca pillo) de ciertos goles, remates, o lo que sea; desde la tele también se pueden apreciar los efectos de la perspectiva pequeña y engañosa del árbitro en comparación con el gran plano casi aéreo de las cámaras; y está también la perspectiva emocional, porque canta mucho que birlen un gol a tu equipo, pero en cambio los de los contrarios, es que no está tan claro...

Como no llego a conclusión alguna sobre esta etapa futbolística en la que estamos inmersos, quiero sólo limitarme a hacer una declaración de principios: el mundo debería avanzar hacia un estado de unidad, donde un sólo género y una sola especie compongan el gran equipo único: la humanidad. Mientras tanto...

¡A POR ELLOS, ESPAÑA, QUE PODEMOS CON TODOS!

(Huy, perdón. Bueno, la vida es contradicción; y yo, al fin y al cabo, estoy viva...)

domingo, 4 de julio de 2010

Cortiblog 22


Llevaba ya tiempo sin escribir nada. Ya se sabe lo que es el final de curso. Qué os voy a decir: ahí os dejo con un retrato de lo que suele ser el sentimiento general cuando a cada cual le llegan las suyas.

¡FELIZ VERANO A TODOS!