¿Quiere decir los pusilánimes, los sumisos, los de poco carácter? No: ptochoi significa no simplemente pobre, sino mendicante. En realidad viene a decir: dichosos los que ansían, piden, sienten necesidad de “bienes espirituales”, de espíritu (pneuma). Los gnósticos diferenciaban entre los hombres hílicos (materiales) y los pneumáticos (espirituales) (también los “lógicos” o racionales”). Se está destacando aquí la valía de la “voluntad de lo espiritual”, entendiendo voluntad en su sentido más etimológico: del latín volo: quiero (querer). Como dice Platón (Banquete, discurso de Diótima) la mera carencia se distingue de la indigencia: los dioses no aspiran a la sabiduría, porque la poseen; los necios tampoco, porque la ignoran. Sólo quien se siente realmente indigente aspira a ella: esa oquedad define tanto como lo “pleno” que somos. El hombre es voluntad. El ser vivo es voluntad: es deseo, apetencia, necesidad de algo; es un volcarse hacia afuera.
¡Cuán importantes son las buenas traducciones! Tantos siglos aceptando ignorantemente tantos errores... ¿Alguien puede indicarme si hay alguna versión en castellano de la Biblia traducida por filólogos historiadores no religiosos? Estoy muy interesada.
ResponderEliminarÁnimo con el blog, amiga, es interesantísimo.
Sé de gente que trabaja desde el punto de vista filosófico e histórico estos temas. También sé que en la biblioteca de la UNED, en la donación de Asín Palacios, hay biblias en idioma original y estudios al respecto. Busca también algo de Antonio Piñedo, J. Montserrat o García Bazán. Esta etimología que comento la busqué yo directamente del griego.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu comentario.
Esther C. García Tejedor