sábado, 23 de enero de 2010

La ética kantiana

Kant, Crítica de la razón práctica

"Hay dos cosas que llenan mi mente de creciente y renovada admiración y respeto, los cielos estrellados sobre mi cabeza y la ley moral en mi interior".






CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL


.........Nació y murió en Könisberg, entre 1724 y 1804, una época marcada en Europa por los ideales de la Ilustración y la Revolución Francesa. En el terreno científico, la física de Newton está ya consolidada. En cuanto al ámbito filosófico, está marcado por el debate gnoseológico entre racionalistas y empiristas.

Las bases de su pensamiento ético

..........Durante la Ilustración, época caracterizada por el ensalzamiento de la razón, los ideales éticos están también marcados por la creencia en que la racionalidad es el camino para alcanzar la unidad y concordia entre todos los hombres, al margen de sus creencias religiosas o su tradición cultural. De este modo, el ideal ético que hereda Kant tiene las siguientes bases:
.....– crear una religión natural (sin confesión religiosa).
.....– crear una moral independiente de todo conocimiento.
........Con esto pretendían unir a todos los hombres bajo una razón común (1) y sin que unos tengan más acceso a la moral que otros. Esto eliminaría las guerras religiosas (que tanto marcaran la historia de Europa) y todo tipo de discriminaciones.
........En este contexto hay que entender el ideal kantiano de una humanidad que alcance su mayoría de edad mental.


SU DOCTRINA ÉTICA
.......Kant supone un antes y un después en la filosofía, no sólo en la teoría del conocimiento sino también en la ética. Inaugura las éticas formales.



Formales: las que se basan en la forma de la ley moral, esto es, su obligatoriedad. El concepto que domina por tanto es el de deber.
Materiales: las que se basan en la el contenido de la acción moral, aquello que se persigue, que se denomina genéricamente bien.



..........Su planteamiento ético se inserta dentro de su programa filosófico para explicar al ser humano en todas sus facetas. Se estructura en el siguiente edificio:


...¿Qué puedo saber? - responden los juicios - constituye el ámbito de la ciencia.
.¿Qué debo hacer? - responden los imperativos [2] - constituye el ámbito de la ética.
¿Qué me cabe esperar? - responden los postulados - constituye el ámbito de la religión.



..........Todas estas preguntas se reúnen en una: ¿Qué es el hombre?



........Kant pretende sustraerlo de todo contenido, y quedarse con la forma: su carácter obligatorio, lo que hace que se imponga como deber a mi voluntad. Kant pretende fundar una moral independiente o autónoma:

a) De todo conocimiento: para que la moral incumba y obligue a todos por igual, no puede fundamentarse en ningún credo religioso ni en ningún conocimiento intelectual. El planteamiento kantiano comienza rechazando como fundamentación ética la idea de bien. Para poder obrar moralmente, hace falta conocer primero en qué consiste el bien. Además, sus imperativos son hipotéticos: “si quieres alcanzar el bien (felicidad, placer, bienestar...) haz esto”. Este tipo de imperativos en realidad no son mandatos, sino consejos. La ética, sin embargo, debe estar basada en imperativos categóricos.
b) De toda inclinación sensible: Como toda ética, parte de una determinada concepción del ser humano. El hombre, dice Kant, posee una doble naturaleza: es sensible y racional. Por sensible se entiende que tiene pasiones, intereses, deseos (aspectos todos que nos hacen dependientes del contexto). Por un lado, somos seres racionales, que conocen cuál es el deber [3]; por otro, somos seres sensibles, estamos sujetos al determinismo de la naturaleza. Cuando nuestra voluntad es libre obedece sólo a la razón [4]. Pero nuestra libertad puede verse condicionada por nuestros apetitos sensibles. Si nos guiamos por éstos, somos esclavos de nuestras pasiones. Pero lo que define al hombre y le da su autonomía es su razón, porque es incondicional. A partir de aquí, intenta establecer una ética que pueda unir a todos los seres humanos bajo una misma condición, sin distinción de credos, nacionalidades o intereses.
.........De este modo, en Kant se establece la ecuación:


Libertad = voluntad libre = voluntad racional = deber


..........El imperativo categórico es fruto de nuestra doble naturaleza: sensible y racional. el conflicto entre ambas genera ladebilidad y la duda a la hora de comportarnos. Si sólo fuéramos racionales la ética sería un “ser”, no un “deber ser”.

c) De toda esperanza: no debemos actuar esperando un Juicio Final, la consecución de la felicidad ni cualquier otro premio a nuestras acciones. Debemos actuar por deber. La intención de la acción debe ser independiente (autónoma) de cualquier otra consideración: debe ser buena en sí misma. El imperativo categórico se define al margen de la felicidad. Ni siquiera podemos obrar por placer humanitario (no es que eso esté mal, sino que no es lo que define la moral, el sentido del deber que viene dictado por la razón).
-----En este punto, se produce una escisión entre virtud (ser moral) y felicidad (o bien). Esa escisión no se salva en la ética, sino en la pregunta religiosa: ¿qué me cabe esperar? A ello responde con los tres postulados de la razón práctica: la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.

Los postulados de la razón práctica

.........Hemos visto que el imperativo categórico se define al margen de la felicidad. La moral es actuar por deber, y no por gusto ni por felicidad –ni siquiera por placer humanitario–. El objeto de la voluntad moral no puede ser individual.
.........Pero llegados a este punto, Kant se plantea que es injusto, "repele a la razón", que la persona moral no sea feliz y la malvada sí. En este mundo vemos que virtud y felicidad no coinciden (muchos malvados se salen con la suya y mucha gente buena sufre), luego hay que postular –no demostrar, que es imposible– la inmortalidad del alma –seremos felices en la otra vida y por la eternidad– y la existencia de Dios –como garante de la retribución justa de la felicidad–. En cuanto a la libertad, es el postulado sine qua non de la razón práctica.
--------Del problema de la felicidad se extraen, pues, los tres postulados de la razón práctica: la libertad, Dios, y la inmortalidad del alma.

La libertad: es conditio sine qua non de la moral. No podemos demostrar que seamos libres: es posible que sea sólo un espejismo, y que todo, incluyendo nuestra conducta consciente, esté diseñado de antemano. Pero si vamos a reflexionar sobre ética es imprescindible postular que somos libres. Si mi conducta está absolutamente determinada por factores ajenos a mí, no soy responsable de ella. Por tanto no cabe el juicio moral.

La inmortalidad del alma: dado que resulta contrario a la razón práctica que las personas morales puedan sufrir y que los malvados o las acciones malvadas puedan, como se ve con frecuencia, recibir buenos frutos de su perversidad, hay que postular o suponer que, aunque en esta vida no lo veamos, habrá otra vida donde las buenas personas vean la recompensa y el mérito de la bondad (algo que, por otra parte, si viéramos ya en esta vida desvirtuaría la acción puramente moral, pues ya no sería desinteresada).

La existencia de Dios: pero no basta con suponer otra vida inmortal. Necesitamos un garante que premie a los justos y castigue a los perversos; una voluntad y racionalidad suprema que dé a cada cual según su mérito. Es decir, necesitamos postular la existencia de un juez supremo y justo, y a eso lo llamamos Dios. De este modo, Dios deja de ser el fundamento de la moral para convertirse en un postulado de la razón práctica.



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PARA COMPLETAR



Los principales temas de la moral kantiana y su influencia en la posteridad
− El concepto de autonomía. 1) La autonomía moral y 2) la autonomía de la moral.
1) El hombre es libre cuando se da a sí mismo su propia ley, es decir, cuando obedece a su conciencia.
2) La moral debe ser autónoma de cualquier fundamento externo a sí misma, ya sea Dios o la felicidad.
El debate sobre la autonomía o heteronomía de la moral y del hombre ha tenido enorme repercusión en la posteridad.
− El concepto del deber frente al bien. Las teorías formales postkantianas han hecho hincapié en su rigorismo, que ha sido a su vez criticado y que se ha intentado superar. La obediencia estricta al deber es el fundamento de la autonomía de la moral.
− El concepto de voluntad.
Algunos de los más destacados en los que ha influido son: Schelling, Fichte, Brentano, Ortega y Gasset… (ver también neokantismo).
− La escisión entre virtud y bien. En Kant se produce una escisión entre virtud, entendida como la observancia de la ley moral, y el bien, entendido como el fin supremo que justifica el comportamiento ético (la felicidad es su más destacada expresión). Esta escisión no se salva en la moral, sino con la pregunta religiosa: ¿qué me cabe esperar? Toda ética anterior que se basara en algún concepto de la divinidad ponía a ésta como fundamento o como modelo. En Kant se escinden ambos campos.


Vigencia de la ética kantiana en la actualidad
Aparición de las éticas formales, basadas en la autonomía de la moral.
Sus principios, al margen de críticas a puntos específicos, sientan la base para una superación de los relativismos.
− Su ideal de unificar a la humanidad a través de la universalidad de la moral y por encima de los credos religiosos y políticos permite justificar la formulación de unos derechos humanos por encima de los intereses particulares de los diversos países y culturas. En la situación actual del mundo, un debate sobre la autonomía y universalidad de la moral resultaría crucial para recuperar el entendimiento entre los pueblos.



Formulaciones del imperativo categórico
1. “Obra de tal manera que la voluntad pueda considerarse en sí misma, mediante su máxima, como legisladora universal”.
2. “Obra de tal manera que tomes a la humanidad, tanto en tu persona
como en la de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca
meramente como un medio”.
3. “Obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse por tu voluntad en ley universal de la naturaleza”.

.......................Películas recomendadas: Matar un ruiseñor. Yo confieso.

[1] Recordemos que la razón es lo que comunica e iguala a todos los hombres y la voluntad el punto máximo de individuación.[2] El mandato moral.[3] Kant parte de que tenemos una razón práctica que nos dicta lo que debemos hacer en cada momento. El imperativo categórico sería tan universal y necesario como el conocimiento matemático.
[4] Los apetitos sensibles son variados y dependen del contexto. De ahí que el hombre no pueda definirse por ellos, sino sólo por lo que le confiere unidad e identidad, algo que Kant encuentra en la razón.

4 comentarios:

  1. Ester, no entiendo las formulaciones del imperativo categórico, aclárame por favor si es verdad lo que digo:

    1. “Obra de tal manera que la voluntad pueda considerarse en sí misma, mediante su máxima, como legisladora universal”=¿valor universal?

    2. “Obra de tal manera que tomes a la humanidad, tanto en tu persona
    como en la de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca
    meramente como un medio”=¿cada hombre es un fin en sí mismo y no un medio?

    3. “Obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse por tu voluntad en ley universal de la naturaleza"=¿universalidad de la acción moral de nuevo?

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  2. 1. Habla de que, al elegir, te plantees que eso es lo que querrías que eligiera cualquier persona en cualquier circunstancia.
    2. Correcto.
    3. Efectivamente: no se trata de que me interese algo, sino de que lo crea bueno y justo en sí mismo. Si desearía que cualquier persona en cualquier circunstancia se planteara las cosas tal y como las planteo, sea cual sea mi papel o mi interés en ello, estoy siendo moral.

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  3. y que pasa si lo que yo considero correcto para las demás personas no lo es?

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  4. Lo que pasaría (siempre según Kant) es que no estás juzgando con tu racionalidad. La moral, para Kant, es racional y por tanto igual para todos: p.e: analizando un triángulo rectángulo, en cualquier civilización se llega siempre al teorema de pitágoras. Pues lo mismo piensa Kant sobre el deber y lo que hay que hacer.
    No quiere esto decir que no sea objetable. Kant no está atendiendo a la diversidad humana; no sólo en cuanto a criterio de acción, sino en cuanto a lo que cada persona necesita para su realización. Podemos engañarnos respecto a lo que hará felices a otros, p. e. Es lo de "puiensa el ladrón..." Desde aquí puede establecerse una buena crítica a las éticas de la intención.
    Yo, personalmente, prefiero la ética de Aristóteles: contextual y en busca de la felicidad. Aunque reconozco que la de Kant es única para definir el fenómeno moral.
    Por cierto, quien seas, siento haber tardado en contestar, por circunstancias...

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