SUMA DE TEOLOGÍA
El texto se presenta en forma de exposición sistemática (en Agustín, la tipología textual era el diálogo -como Platón-; en Tomás, la tipología es similar a la aristotélica). La estructura es la siguiente:
· Plantea las objeciones existentes a los temas a demostrar.
· Opone su contraobjeción (introducidas por “en cambio”), a menudo basadas en la autoridad.
· Plantea la solución.
· Responde a cada una de las objeciones, para deshacerlas.
Autores citados: Juan Damasceno (s. VIII, teólogo sirio), Aristóteles (citado como el Filósofo), Boecio (principal autoridad en la escolástica en lógica por sus traducciones de la aristotélica, hasta que en el s. XIII fue traducida toda la obra de Aristóteles).
SOBRE LA EXISTENCIA DE DIOS
Comienza con una señalando el objeto de la teología ("doctrina sagrada"): llevar al conocimiento de Dios, y continúa con una exposición de los temas a tratar: I. Dios; II. la marcha del hombre hacia Dios; III. Cristo como camino en nuestra marcha. (Aquí se desarrolla el primer punto).
I. Puntos a tratar sobre Dios:
1) lo que es propio de la esencia divina;
2) lo que pertenece a la distinción de personas;
3) lo que se refiere a las criaturas en cuanto que proceden de Él.
Desarrollo de 1)
a) sobre la existencia de Dios;
b) cómo es, o mejor, cómo no es" (es decir, su esencia; dado que sigue el modelo de conocimiento aristotélico, de lo sensible a lo inteligible, no podemos conocerla directamente, sino por lo que no es, dado que supera nuestro entendimiento).
c) su obrar, como fruto de su ciencia, voluntad y poder.
Desarrollo de a) Sobre su existencia:
a)1. ¿Es o no evidente por sí mismo?
a) 2. ¿Es o no demostrable?
a. 3. ¿Existe o no?
(lo señalado en negrita es lo que abarca este fragmento)
a) 1. DIOS, ¿ES O NO EVIDENTE POR SÍ MISMO?
Objeciones: por qué lo parece. (Tomás no acepta que la existencia de Dios sea evidente; por eso comienza revisando los argumentos de quienes apoyan que lo es, es decir, por los que parece que lo es; al concluir que no es evidente se hace necesrio demostrar su existencia, por ello pasará a argumentar la posibilidad de hacerlo)
1. Se dice evidente de las cosas cuyo conocimiento nos es connatural (es decir, nacemos con él; así lo piensa Juan Damasceno).
2. Se dice que son evidentes por sí mismas las cosas que, al decir su nombre, son inmediatamente identificadas (analiza ahora qué se entiende por "conocimiento evidente"; para ello apela a "el Filósofo": Aristóteles; evidente es aquella proposición cuyo predicado está incluido en el sujeto; como ejemplo de lo dicho pone el siguiente: sabiendo lo que es “todo” y “partes”, se sabe que el todo es mayor que las partes).
3. Que existe la verdad es evidente por sí mismo; si no, caemos en una paradoja: la afirmación "la verdad no existe", si es verdadera, se niega a sí misma. En este punto, identifica la verdad con Dios, apelando a la autoridad (Evangelio: Juan, 14, 16).
En cambio, nadie puede pensar lo contrario de lo que es evidente por sí mismo, como constata Aristóteles. Sin embargo, se puede pensar “Dios no existe”.
Solución: la evidencia puede ser de dos modos: en sí misma, o para nosotros.
• Evidencia en sí misma : cuando el predicado está incluido en el sujeto. Pero si desconocemos qué es el predicado o el sujeto, no será evidente para nosotros. Boecio ya señal La proposición “Dios existe” es evidente por sí misma, pero no para nosotros, pues no conocemos su ser. Por tanto hay que demostrarlo a partir de lo más evidente para nosotros: sus efectos.
Respuestas a las objeciones:
1. Lo que está impreso en nuestra naturaleza es un conocimiento general (en el sentido de impreciso) de que Dios existe, en el sentido de que Dios es la felicidad del hombre, y el hombre sabe que desea ser feliz. Pero esto no es conocer bien, como decir “alguien viene” no es saber que Pedro viene. La felicidad puede confundirse con la riqueza, el placer…
2. Puede que algunos no sepan que decir Dios es decir lo más grande que existe (alusión al argumento ontológico de Anselmo); de hecho algunos creían que Dios era cuerpo (posible alusión a creencias paganas o heréticas). Y aun cuando sepa qué significa, puede que no entienda que se dé en la realidad, sino sólo en el entendimiento (recordemos que Tomás no acepta el argumento de Anselmo por ser a priori; el conocimiento humano parte de lo sensible, es por tanto a posteriori).
3. Es evidente que existe la verdad, pero no es evidente para nosotros que exista la verdad absoluta (de nuevo, el sentido de la verdad "en general" es un sentido impreciso; Dios sería la verdad absoluta, y esto es lo que no es evidente para nosotros).
a) 2. ¿ES DEMOSTRABLE LA EXISTENCIA DE DIOS?
Objeciones por las que no parece demostrable (antes argumentaba contra los que partían de que la existencia de Dios es evidente, por tanto no hace falta demostrarla; llegado a la conclusión de que no es evidente para nosotros, por tanto sí hace falta demostrarla, tiene ahora que ver si es posible, y argumentará contra los que objetan que no lo es):
1. La existencia de Dios es artículo de fe, y los artículos de fe no son demostrables, pues la fe trata de lo no evidente: consiste en creer, no en demostrar (recordemos que la fe cristiana parte de que Dios nos ha revelado la verdad, pero hay verdades que son misterios para la razón; la fe es un valor en sí misma).
2. La base de la demostración está en lo que es. Pero de Dios no podemos saber qué es, sino sólo qué no es. Así lo defiende Juan Damasceno (no hay contradicción con lo que decía más arriba: saber que es no es saber qué es).
3. Si se demostrase la existencia de Dios sólo sería a partir de sus efectos. Pero éstos no son proporcionales a él, pues son finitos y él es infinito; ya que la causa no es proporcional a los efectos, éstos no pueden demostrar aquélla.
En cambio: (apela a la autoridad de la Biblia) “Lo invisible de Dios se hace comprensible y visible por lo creado”.
Solución: toda demostración es doble. Una, por la causa, otra por el efecto.
Respuestas a las objeciones:
1. La existencia de Dios y otras verdades que de Él pueden ser conocidas por la sola razón natural no son artículos de fe, sino preámbulos a tales artículos, pues la fe presupone el conocimiento natural (aquí hay que recordar la relación fe/razón tal como la concibe Tomás: la existencia de Dios pertenece a ese ámbito de intersección entre razón y fe en se se inscribe la teología).
2. Cuando se demuestra la causa por el efecto, es necesario usar el efecto como definición de la causa para probar la existencia de la causa (definimos a Dios por sus efectos, aunque no conozcamos su esencia -lo que es-). Los nombres dados a Dios se fundamentan en los efectos (infinitamente bueno, etc, significa bueno sin límites, sin finitud; es una definición negativa: ser que no carece de las limitaciones de las bondades o perfecciones que observamos).
3. Aunque por efectos no proporcionales no se pueda conocer qué es la causa, sí puede ser demostrado que la causa existe. Así, aun cuando no podamos conocer a Dios por esos efectos , sí podemos conocer al menos que existe (es decir, saber lo que es, pero si al menos que es).
a) 3. ¿EXISTE O NO EXISTE DIOS?
(hasta aquí ha mostrado que Dios no es un conocimiento evidente, por tanto necesita ser demostrado; además, que esa demostración es posible; ahora va a proceder a dar esa demostración, a través de sus célebres cinco vías para la demostración de la existencia de Dios)
Objeciones: (argumentos que niegan la existencia de Dios)
1. Si uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Si existiese Dios, bien absoluto, no existiría el mal. Pero hay mal, luego Dios no existe.
2. Lo que encuentra su razón de ser en pocos principios no es necesario buscarla en muchos. Lo natural encuentra sus principios en la naturaleza, lo intencionado en la voluntad y razón humanas. Así pues, no hay necesidad de apelar a la existencia de Dios.
En cambio: (apela a la autoridad de la Biblia) se dice de la persona de Dios: “Yo existo”.
Solución: la existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas.
1) La del movimiento: todo lo que se mueve es movido por algo. Lo que se mueve está en potencia, y lo que mueve está en acto; ejemplo: el fuego calienta porque en acto está caliente, mientras que lo que es calentado sólo lo estaba en potencia. Pero no podemos remontar los motores hasta el infinito: tiene que haber un primer motor inmóvil, y a eso lo llamamos Dios (la más aristotélica de las vías; usa como el Filósofo los términos de potencia y acto para explicar el movimiento que se percibe en el mundo sensible).
2) De la causa eficiente (terminología también aristotélica). Todo tiene que estar causado por algo; pero no vemos que nada sea causa de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo y esto es imposible (fusión de la anterioridad causal con la cronológica; funciona en cuanto se atiene a la causa eficiente). Ahora bien, no podemos remontar hasta el infinito la serie de causas, por tanto ha de haber una causa eficiente primera, y a eso llamamos lo Dios.
3) De lo posible (contingente) y lo necesario. Las cosas que vemos pueden ser generadas y destruidas; su existencia no es, pues, necesaria.Ahora bien, lo que no existe empieza a existir por algo que ya existe… Es preciso algún ser necesario que no haya sido creado.
4) Jerarquía de valores o grados de perfección. Observamos que en las cosas se encuentran virtudes como la bondad, la nobleza, etc., en mayor o menor grado según lo comparemos con lo que se conciba como "lo máximo". Cualquiera de estas virtudes podemos concebirlas en grado máximo, y en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género (la bondad de que algo sea bueno, etc.; esta vía se aleja más de Aristóteles para acercarse a Platón). Al ser máximo, causa de la perfección de los demás seres, lo llamamos Dios.
5) Del ordenamiento de las cosas. Observamos que hay cosas sin entendimiento que aún así tienden a algún fin (argumento teleológico: la naturaleza parece tender a alguna finalidad: p. e. las semillas a ser plantas...); dado que no parecen funcionar por azar, sino siguiendo algún plan o intención, deben ser dirigidas por alguna inteligencia. Por tanto hay alguien inteligente que dirige todas las cosas hacia su finalidad: a esa inteligencia suprema ordenadora la llamamos Dios.
Respuestas a las objeciones:
1. Apela a Agustín: Dios puede permitir el mal para sacar algún bien.
2. Como la naturaleza obra por un determinado fin a partir de la dirección de alguien superior, es necesario que las obras de la naturaleza también se reduzcan a Dios como a su primera causa. Del mismo modo, como la razón y voluntad humanas son mudables y perfectibles, hay que reducirlas a una causa superior (apela a que los fines de la naturaleza no son todos los mismos y la voluntad y razón humana tampoco son constantes; por tanto necesitan algo que los explique con unidad y necesidad).
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