domingo, 8 de septiembre de 2013

LA INFLUENCIA DE LOS PRESOCRÁTICOS EN PLATÓN

Los presocráticos
Se denomina así a los autores anteriores a Sócrates, dejando patente el antes y el después que supuso este pensador para la filosofía.
Ubicación: en el s. VI a.C. (finales de la época arcaica) aparece, en las colonias griegas de Asia Menor, la denominada escuela jónica, cuna de los principales filósofos presocráticos.
Tema axial: explicación del cosmos y la naturaleza (physis). Aristóteles los denomina “los físicos”. Se preguntan por el origen (arjé) y primeros elementos que fundamentan la realidad física.
La polis arcaica se caracteriza por un sistema económico basado en la agricultura y la ganadería y una estructura política que tiene como base la posesión de la tierra. El poder lo ostentan el rey y la aristocracia de grandes terratenientes. La pobreza de los campesinos humildes y los esclavos favorecen las migraciones y en consecuencia el intercambio cultural. Las colonias jónicas de Asia Menor viven en contacto con la cultura persa, con su tradición mitológica, científica y literaria, pero poseen los rasgos culturales propios de los griegos. Las explicaciones sobre la naturaleza y el origen del mundo de las grandes civilizaciones son conocidas, contrastadas y reinterpretadas, adquiriendo su fisonomía peculiarmente griega al perder la garantía de la tradición y ser tamizadas por el lógos humano. Por ejemplo, del tema del “océano primordial” del que surge la vida, un tema muy extendido en Mesopotamia y también conocido en Egipto, desarrollará Tales su teoría del agua como primer elemento constitutivo de la realidad. Las concepciones míticas del alma y la vida como fuego o aire (pneuma) darán lugar a otros autores, como Heráclito y Anaxímenes, a considerarlos respectivamente del mismo modo. Comienza así la búsqueda de una concepción “racional” (a partir del lógos: lo inteligible del la naturaleza y de las cosas, así como la capacidad del hombre de captarlo), y se produce la desmitificación paulatina de las fuerzas de la naturaleza.– Principales autores y sus teorías sobre el “principio” (arché):

 
Anaximandro de Mileto (610-547): el άπειρον (ápeiron, lo indefinido, lo que no tiene límite o forma -a-peiron-)
Tales de Mileto (640/39-546/45): el agua (entendida como océano primordial).
Heráclito de Éfeso: el fuego. Idea de que “todo fluye”. Los principios del “amor” y el “odio”.
Parménides de Elea (nac. 540/39 a.C.): “lo que es, es, y lo que no es, no es”. La atemporalidad de la razón y la lógica.
Pitágoras de Samos (fl. 532 a.C.): los números, la proporción. Primer autor conocido que planteó que la Tierra no era el centro del sistema solar.........................................................
Anaxímenes (588-524 a.C.): el “aire”; analiza sus procesos de rarefacción y condensación..........................................
Anaxágoras. (499-28). Nació en Clazomene (Asia Menor) y se dirigió a Atenas en 453. Amistad con Pericles. Fue el primero que añadió a la materia la inteligencia (noûs). ..............................
Empédocles de Agrigento (483/2-430 a.C.): los cuatro elementos......
Demócrito de Abdera (Tracia): (460-370 a.C.): los átomos. Una solución al problema del ser y la nada de Parménides.


LA POLÉMICA ENTRE HERÁCLITO Y PARMÉNIDES




 Uno de los problemas filosóficos más destacados de todos los tiempos es el conflicto entre el ser y el tiempo. Al definir lo que son las cosas partimos de su esencia, lo que no cambia (sé lo que es un árbol, por eso sé que esto que veo es un árbol). Sin embargo, lo que percibo (es decir, de lo que me informan mis sentidos) es un cambio constante (veo el árbol con distinta luz a lo largo del día, crecer o caérsele las hojas...). Surge así el dilema de afirmar o bien la esencia invisible de las cosas, haciendo del movimiento una apariencia (Parménides; el árbol que veo cada día es el mismo árbol, los cambios son aparentes) o la afirmación de la realidad del cambio, haciendo del “ser” una ilusión (Heráclito; la realidad es ese cambio constante; lo que creo que "es" es una abstracción que hace mi mente para orientarme en el mundo).

En su búsqueda del arché, por tanto, Parménides va a partir de la realidad del conocimiento racional. La piedra angular de su pensamiento es la afirmación del ser: “lo que es, es, y lo que no es, no es”. En la afirmación de la identidad del ser consigo mismo, se deduce que es imposible que lo que no es pase a ser y viceversa. De ello concluye que el cambio es ilusorio, los sentidos me engañan.

Heráclito parte del punto de vista contrario: lo que va a afirmar es el devenir, el cambio. La realidad que afirma es esa transformación constante: “todo fluye” (panta rei).

Este dilema no es sólo metafísico (cómo es en última instancia la realidad, fluyente o constante); tiene una raíz gnoseológica (nos lo planteamos porque nuestras fuentes de conocimiento, razón y sentidos, se contradicen): mi razón me afirma la identidad de las cosas; piénsese en la entidad o definición de cualquier concepto matemático: círculo, triángulo, cuatro…. Mis sentidos, sin embargo, me muestran un mundo en constante cambio (se plantea en el arte; la base del Impresionismo es intentar captar, inmortalizar lo efímero al observar precisamente ese constante fluir y cambio de lo que se percibe; es la base ).

Platón intentará dar respuesta a este dilema duplicando la realidad: el mundo inteligible (el de las ideas) es el mundo de las formas eternas; el constante devenir o fluir es la naturaleza propia de la chorá, materia prima informe. El Demiurgo plasmará las formas del mundo inteligible en esa materia prima, dando lugar a este mundo en el que podemos descubrir un orden y unas constancias, pero que está en constante cambio. De este modo, los seres de este mundo son copias imperfectas y fluyentes de las ideas en sí; participan de esas ideas. Cada uno de nosotros participamos de la idea de hombre (ánthropos); cada caballo de la idea de caballo…

PITÁGORAS O EL PITAGORISMO



Corriente muy relacionada con el Orfismo, Pitágoras ponía como principio de la realidad (arché) el número. Se trata, pues, de un principio inmaterial, lo que da “forma” a las cosas. tiene sentido en cuanto que todo lo que distingue unas cosas de otras y las define es una determinada proporción, una cierta ordenación. En Platón influye en cuanto:

a) Este principio es formal; distingue la materia informe de aquello que le da forma creando los distintos entes del mundo.
b) A través de las matemáticas se escala al conocimiento de lo inteligible. A través de ellas percibimos la eternidad; la información de los sentidos está sujeta al tiempo.

 
Para saber más
 

Pitágoras descubrió la relación existente entre la longitud de las cuerdas de la lira y de los sonidos; defendía la existencia de una “música de las esferas”, que decía incluso escuchar. Una de sus nociones más importantes es la de “armonía”; los números proporcionan armonía al cosmos; la música es armonía, por eso es curativa (pone en armonía el alma).

El Orfismo, por su parte, es una de las religiones mistéricas de la antigüedad que se caracteriza por ser más depurada e intelectualista que otras. Destaca su creencia en la salvación por la purificación del alma (“el cuerpo es la cárcel del alma”, dice su máxima más conocida). Platón heredará su visión dualista de la relación cuerpo-alma y la idea de que la salvación se obtiene por purificación del alma, cultivando el intelecto y desprendiéndose de los placeres y conocimientos de los sentidos.




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