EL SER HUMANO: RELACIÓN CUERPO/ALMA
La concepción platónica de la
relación entre cuerpo y alma está estrechamente relacionada con los misterios
órfico-pitagóricos, que se basan en la creencia de que "el cuerpo el la
cárcel del alma".
Los "misterios" o religiones mistéricas son creencias religiosas basadas en algún dios que muere y resucita y que puede servir de guía para alcanzar la vida eterna después de la muerte.El Orfismo supone un grado más de intelectualización de esa concepción del alma como algo divino e inmortal, porque parte de que la purificación del alma se obtiene por medio del desarrollo intelectual, y los pitagóricos irán más allá, porque además añaden una explicación matemática a naturaleza del alma y la reencarnación. Platón justifica filosóficamente esas creencias órficas en torno a la salvación a través del cultivo del intelecto y la búsqueda de la sabiduría.
Los "misterios" o religiones mistéricas son creencias religiosas basadas en algún dios que muere y resucita y que puede servir de guía para alcanzar la vida eterna después de la muerte.El Orfismo supone un grado más de intelectualización de esa concepción del alma como algo divino e inmortal, porque parte de que la purificación del alma se obtiene por medio del desarrollo intelectual, y los pitagóricos irán más allá, porque además añaden una explicación matemática a naturaleza del alma y la reencarnación. Platón justifica filosóficamente esas creencias órficas en torno a la salvación a través del cultivo del intelecto y la búsqueda de la sabiduría.
La antropología de Platón se centra
en la relación alma cuerpo: son dos sustancias separadas, que se unen en el
momento del nacimiento (cuando el alma queda atrapada en el cuerpo).
El cuerpo abarca también los apetitos, los
sentidos… Está relacionado con lo múltiple compuesto y cambiante (como todo lo
material).
En su concepción del alma,
tenemos que distinguir dos nociones:
1. Lo racional y espiritual del
hombre. Aparece así como elemento simple y unitario (así es como aparece en
Fedón). El cuerpo se concibe aquí, según la sentencia órfica, como
“cárcel del alma”.
2. Principio de vida. En esta
otra acepción se presenta como tripartita (así, en República y Fedro):
razón o intelecto (parte racional), pasiones o sentimientos (parte irascible [1]) y apetitos (parte concupiscible).
Esta composición y el nacimiento como caída se ilustran en el mito del carro
alado: el alma se representa como un carro gobernado por un auriga (la razón)
que conduce dos caballos, uno negro (los apetitos) y otro blanco
(sentimientos). En un momento en que contempla la naturaleza cambiante, el
caballo negro se enamora de ella, hace un impulso brusco y vence al auriga,
quien pierde las riendas y el alma cae a este mundo: es el momento en que nace,
quedando atrapada en el cuerpo.
La concepción platónica del alma,
siguiendo el modelo órfico-pitagórico, presupone:
a) La preexistencia: el alma vive
entregada a la contemplación de los seres verdaderos. Utiliza como prueba de
ello su concepción del conocimiento como reminiscencia: recordamos las
ideas porque las contemplábamos antes de nacer.
b) La inmortalidad. De aquí deriva
su escatología o teoría de la salvación: se obtiene por purificación
intelectual. El alma debe vivir bajo el gobierno de la razón y conforme a las
ideas en sí, no a los entes sensibles que participan de ellas, y que son
cambiantes. De este modo se va desprendiendo de lo material, rechazando los
apetitos y acercándose a la eternidad del mundo al que pertenecía y que vivía
contemplando.
Ambos temas (preexistencia e
inmortalidad del alma) son tratados y demostrados en el Fedón,
constituyendo, junto con la teoría de la reminiscencia, el tema central de la
obra.
[1] En griego timós, ánimo, valor o capacidad de sentir como valioso lo que es digno de ser defendido.
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