PLATÓN, 3ª PARTE. LÍNEAS
GENERALES DE SU PENSAMIENTO, II: TEORÍA DEL CONOCIMIENTO: DIALÉCTICA Y
REMINISCENCIA
El conocimiento seguro, necesario (episteme, lo que hoy en día traducimos por “ciencia”) sólo puede
ser de lo que no cambia (el teorema de Pitágoras, por ejemplo, no se cumple "a veces", ni cambia de un día para otro; si así fuera no sería la verdad y las matemáticas no serían ciencia); por tanto, sólo hay conocimiento real de las ideas (los entes de este mundo cambian constantemente). Platón
quiere demostrar la posibilidad de un conocimiento seguro, objetivo, y para
ello tiene que intentar superar dos objeciones:
1. La afirmación heracliteana de que todo cambia. Si es así,
no hay nada que conocer, puesto que nada “es”; cualquier afirmación que sea
verdadera en un instante enseguida dejará de serlo. Platón objeta que debe
haber algo constante para posibilitar el discurso y la ciencia (el significado
fijo de las palabras).
2. La afirmación de Protágoras de que el hombre es la medida
de todas las cosas ("cosas" aquí es ta prágma, lo que las cosas son para mí, el uso que puedo
darles): cada uno tiene su percepción del mundo; no buscan “verdad” o “mentira”
en los juicios, sino efectividad: un discurso está mejor o peor construido si
con él obtengo mis intereses.
Respecto al primero, dice que debe haber algo constante para
posibilitar el discurso y la ciencia: ese algo es el significado fijo de las
palabras. La estructura del mundo, lo que le da sentido y nos permite hablar de
él, es esa constancia; lo que cambia es la materia, no las formas (ideas).
El segundo argumento, el sofístico, además de negar la
existencia de conocimiento objetivo, verdadero, implica un relativismo moral
que también intenta superar. Para ello recurre al siguiente argumento: si
Protágoras tiene razón, también el que no está de acuerdo con él; sabe tanto
como los dioses, pero no más que un tonto. Además, si el límite del
conocimiento está en mi propia percepción del mundo, los sueños, en cuanto
percepciones, serían verdaderos. Los sofistas se defienden argumentando desde
el pragmatismo: un juicio no es más verdadero que otro, sino sólo mejor
formulado (más convincente). A ello Platón objetará, en su defensa de una
verdad objetiva, con el ejemplo de que el médico no sólo opina o convence, sino
que tiene que conocer el curso verdadero de una enfermedad. Si no fuera así, no
podría curar.
Platón concluye que el espíritu contempla algunas cosas por
su propia capacidad, por sí misma (la existencia, la decencia, las matemáticas…) y otras
por las facultades del cuerpo, es decir, por los sentidos. Conocer, en sentido
estricto, es comprender la estructura lógica de las ideas. Los sentidos me
informan de realidades cambiantes, pero de alguna manera me permiten percibir
ciertas constancias, a partir de las cuales se puede ascender dialécticamente
hasta las ideas, en cuya cumbre está la explicación de todo: la idea de
Bien. Veamos en qué consiste ese método de conocimiento llamado dialéctica.
DIALÉCTICA
ESTUDIO
ETIMOLÓGICO
Primera
definición: arte del diálogo. Diálogo: 2 razones o logoi, posiciones o razones confrontadas en lasa que se establece
una especie de acuerdo en el desacuerdo, y cambios de posición inducidos por
las posiciones contrarias. Parménides lo utilizó para probar que, como
consecuencia de “lo que es, es…”, si el ser cambia se convertiría en otro, pero
no hay otro que el que es. Esto es dialéctica en sentido formal: a)
confrontación; b) acuerdo en el desacuerdo; c) cambios de posiciones. El
término se relaciona también con el verbo dialego
= "recojo" (unifico) y "distingo" (divido). En este sentido
se relaciona más con el método de ascensión de lo múltiple a la unidad.
La dialéctica es el método de conocimiento que propugna
Platón para llegar al conocimiento de las ideas, y se basa en la confrontación
de opuestos para ascender a un conocimiento superior.
Existen dos pasos diferenciados en ese proceso de la dialéctica de Platón:
1.
Método de ascenso de lo sensible a lo inteligible.
2.
Método de deducción racional de las formas.
El primero consiste en pasar de lo múltiple a lo uno: veo entes con rasgos similares (distintos caballos, por ejemplo; eso es la multiplicidad) pero captamos lo común, lo que les hace caballos, su
definición (eso es lo que llama lo "uno" o unidad, que es la idea).
En cuanto al segundo paso, se trata de discriminar las ideas
entre sí y no confundirlas. La dificultad estriba en cómo se combinan. Para que haya ciencia, para que deduzcamos algo desde las ideas, éstas tienen que tener alguna relación. Ejemplo: sé que un caballo no
es un perro, pero ambos se relacionan porque son mamíferos; los pájaros no son
mamíferos, pero ambos son animales; una circunferencia es un tipo de línea
curva, y éstas a su vez son tipos de líneas… Comprendo porque capto relaciones de oposición, pertenencia, etc. entre las ideas.
Estos dos pasos de la dialéctica le llevan a distinguir dos formas de “conocimiento”:la opinión (dóxa, que se mantiene en el ámbito del conocimiento de lo sensible); y el
conocimiento en sí o “ciencia” (episteme, que se da cuando alcanzamos el conocimiento de las ideas). Estos dos ámbitos de conocimiento se corresponden con los dos ámbitos del ser, con su dualismo ontológico lo sensible y lo inteligible. De
este mundo, el sensible y cambiante, sólo podemos tener opinión.
Estos dos pasos de conocimiento se dividen a su vez en otros dos: la opinión se divide en un primer paso que es la “imaginación” o eikatía
(conocimiento de reflejos o sombras de las cosas) y la creencia o pistis. En el mito de la caverna se
relacionarían con la visión de las sombras proyectadas con objetos (imágenes),
y con esos objetos portados ante el fuego (entes naturales o artificales). La
finalidad de la distinción atañe a las ideas más elevadas, como la justicia.
Ejemplo: creer que algo es justo porque me han dicho que así lo muestra la
Constitución ateniense es mera eikatía;
conocer los fundamentos de la Constitución ateniense, o percibir actos justos,
ya es pistis. Pero la verdadera
justicia no es una constitución, ni son los actos justos; éstos participan de
aquélla.
El conocimiento verdadero o ciencia también se divide también en do pasos:
dianóia (conocimiento de principios
matemáticos, de las formas) y nóesis
(conocimiento de los principios o arquetipos: las ideas). La noesis, que ya es intuición inteligible, nos llevará al grado último de la realidad, la idea de Bien.
Aristóteles criticará la dialéctica como ciencia, ya que
sólo se basa en similitudes y carece de consistencia lógica, porque se basa en la inducción. A ella
opondrá el silogismo y la Lógica como método de conocimiento, al que llamará Organon.
REMINISCENCIA
(anámnesis)
Influido por la mayéutica socrática, Platón usa el fenómeno
de la capacidad racional de deducir o percibir sin
referencias sensoriales (la idea o definición de circunferencia en sí, o cualquier idea matemática, por ejemplo) para aunarla con su teoría psicológica y escatológica
sobre el alma, en la cual se percibe la influencia órfico-pitagórica.
Recordemos que la doctrina órfica sostenía que "el cuerpo es la cárcel del alma". El alma debe purificarse del cuerpo y esa purificación es de tipo intelectual, porque el conocimiento racional pertenece al alma, y los sentidos al cuerpo.
Según la teoría de la reminiscencia, conocer es recordar. A partir de los datos de los sentidos podemos recordar las ideas que dan forma o entidad a los seres de este mundo. Pero la prueba de que es recuerdo es que las ideas en sí no se perciben por los sentidos. Pone como ejemplo la idea de “igualdad”: entendemos perfectamente qué significa ser igual, pero en el mundo no existen cosas completamente iguales o idénticas. Por tanto, hemos debido conocer esa idea perfecta de igualdad en algún momento anterior a nacer.
Según la teoría de la reminiscencia, conocer es recordar. A partir de los datos de los sentidos podemos recordar las ideas que dan forma o entidad a los seres de este mundo. Pero la prueba de que es recuerdo es que las ideas en sí no se perciben por los sentidos. Pone como ejemplo la idea de “igualdad”: entendemos perfectamente qué significa ser igual, pero en el mundo no existen cosas completamente iguales o idénticas. Por tanto, hemos debido conocer esa idea perfecta de igualdad en algún momento anterior a nacer.
Esta teoría posee un peso específico muy importante en la
filosofía de Platón por los siguientes aspectos:
a) justifica la fuente del conocimiento verdadero y
b) es una prueba fundamental de la preexistencia del alma, y por tanto de su posible inmortalidad.
[1] Un ejemplo de esta
concepción en la actualidad es el intento de la ciencia de relacionar y unificar
las fuerzas electromagnéticas, atómicas, gravitación…
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