CORRECCIÓN DE LOS TEXTOS DE DESCARTES PROPUESTOS
(Se expone sólo la estructura básica de los puntos que deberían aparecer)
Consejos: subrayar las palabras a explicar, que constituyan vocabulario especifico del autor (por pensar entiende, clara, distinta, idea...) y explicar su significado.
Usar puntos y aparte que faciliten la lectura y estructuren la exposición.
Explicar lo que viene en el texto y referirse siempre al texto.
Texto 1
El texto comienza con la intuición cartesiana a partir de la cual pretende edificar el conocimiento: "soy una cosa que piensa". (Vemos como salta del "pienso" al "soy una cosa que piensa", podemos aplicar el prejuicio sustancialista que denuncia Hume).
Define lo que abarca para él ese "pensar": abarca sentimientos, sensaciones, ideas...). Por pensar entiende..., es decir, todo contenido de conciencia; se muestra aquí el subjetivismo y solipsismo a que queda reducida el alma en Descartes.
Pero antes de lanzarse a edificar ese conocimiento a partir del análisis de esa sustancia pensante, lo que recoge este fragmento es la descripción de las condiciones del conocimiento, requisito necesario para aplicar el método. Esta búsqueda del método como necesidad de encontrar los criterios adecuados para edificar el saber es no sólo el motor de la duda metódica cartesiana, sino también un problema central en torno al cual gira la filosofía de la Edad Moderna.
Dado que esta verdad (el "cogito...") se le presenta como intuición, aplica los criterios del método (las reglas) para aceptar el conocimiento y afirma que lo que le asegura su verdad es su percepción "clara y distinta", y enuncia así la regla general de que "todas las cosas que se me presentan muy clara y distintamente son verdaderas".
La intuición es para Descartes el verdadero instrumento del saber. El criterio de verdad es el de la evidencia racional, que se caracteriza por la claridad y la distinción.
Por claridad entiende “lo presente y manifiesto a un espíritu atento”. Por "distinto" entiende “aquello que es tan preciso y diferente de todo lo demás que sólo comprende lo que manifiestamente aparece al que lo considera como es debido”. Se puede ser claro y no distinto, pero no a la inversa (e.: dolor de estómago).
Ha llegado, pues, a la primera verdad simple; el punto en que se encuentra aquí es que tiene que deducir, construir el saber a partir de esa primera intuición indubitable. Sé que soy, pero aún no sé qué soy; la respuesta es: una cosa que piensa. Declarada ya su concepción racionalista de la verdad en la formulación de esta primera regla, se encuentra preparado para establecer el posterior análisis de sus ideas y la demostración de las otras sustancias (Dios o res infinita y mundo o res extensa), dado que la primera verdad es ya la mostración intuitiva de la primera sustancia: la res cogitans de la que parte este texto.
Texto 2
El fragmento comienza exponiendo la clasificación de las ideas según se me aperece su procedencia. Es importante destacar que no tiene criterio para clasificarlas de otro modo -según su naturaleza- porque en este punto todavía no ha demostrado que se correspondan con nada exterior a la propia conciencia, al propio pensar.
Descartes se encuentra aquí en el momento constructivo de filosofía (el primer momento lo constituye la duda metódica, a partir de la cual irá cuestionando todas las fuentes de conocimiento para ver si alcanza alguna verdad indubitable).
Así pues, algunas ideas me parecen nacer conmigo (observemos cómo la primera persona es reflejo de ese método introspectivo y de ese estar aún encerrado en los límites de su propia conciencia, de su propio pensar". Otras me parecen venir de fuera y otras me parecen inventadas. Está aquí distinguiendo entre las que denominará ideas innatas, adventicias y ficticias.
Una vez clasificadas, se centra en el análisis de las ideas adventicias. No puede aún afirmar que vengan, efectivamente, de fuera, sino tan sólo que me lo parece. Hay, pues, que centrarse en por qué me parece que esa sea su procedencia. Las razones que encuentra son las siguientes: a) parece que la naturaleza me lo enseña y b) experimento que no dependen de mi voluntad.
Estos dos puntos son los aspectos por los que Descartes va a distinguir las ideas adventicias de las ficticias y de las innatas (cuya procedencia experimentamos de otro modo que explica en otros lugares), pero no son prueba de su carácter adventicio, sino sólo de su distinción de las otras ideas que encuentro en mi mente. La demostración de que esas ideas tengan, efectivamente, una procedencia externa a mí dependerá aún de la demostración de la existencia de Dios y a partir de aquí Éste servirá como garante de la veracidad de ese parecer mío.
Texto 3
Descartes comienza en este fragmento hablando de los distintos tipos de ideas que encuentro en mi mente.
Claro y distinto (aplica la primera regla que ha deducido anteriormente para analizar qué se puede decir con absoluta fiabilidad (desde su perspectiva racionalista, es decir, partiendo de la intuición como idea "clara y distinta").
La intuición es para Descartes el verdadero instrumento del saber. El criterio de verdad es el de la evidencia racional, que se caracteriza por la claridad y la distinción.
Por claridad entiende “lo presente y manifiesto a un espíritu atento”. Por "distinto" entiende “aquello que es tan preciso y diferente de todo lo demás que sólo comprende lo que manifiestamente aparece al que lo considera como es debido”. Dado que aquí está analizando ya la res extensa (el mundo, como sustancia distinta del alma o conciencia y de Dios), antes de deducir que su característica principal es la extensión analiza todas sus propiedades, descartando aquéllas que resulten cambiantes y por tanto poco fiables.
Por "sustancia" Descartes entiende una cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra para concebir su existencia, y se reconoce por ser percibida con claridad y distinción respecto a cualquier otra concebible.
De las propiedades de la materia descarta, pues, la luz, los colores, los sonidos... todo lo que se refiere a datos de los sentidos que varían en la misma sustancia, y pese a cuyas variaciones reconocemos esa misma sustancia. Aquí está haciendo no sólo un análisis de lo que sea la sustancia extensa, sino también un análisis y aplicación de criterios de conocimiento. De este modo, afirma haber dicho anteriormente que "sólo en los juicios puede darse la verdadera y formal falsedad", lo cual constituye una declaración de principios racionalista. Pero añade que "puede haber en las ideas cierta falsedad material, a saber: cuando representan lo que no es nada, como si fuera alguna cosa". Está estableciendo aquí una crítica a los datos de los sentidos, que deben ser tomados con cautela pues pueden generar ideas cuyo contenido (vemos que él se queda con la forma) puede ser falso o confuso.
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