I. ¿QUÉ PUEDO SABER? TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
1. ESTÉTICA TRASCENDENTAL
Hemos visto que todo conocimiento comienza con la experiencia. El primer paso para elaborar el conocimiento es la sensibilidad.
Las condiciones trascendentales de la sensibilidad son el espacio y el tiempo. Son formas a priori de la sensibilidad, intuiciones puras. Analicemos lo que esto significa:
– a priori: porque preceden a la experiencia, son sus condiciones de posibilidad.
– de la sensibilidad: distingue dos tipos:
-interna (reflexiones... sólo sometida al tiempo)
-externa (sensaciones}
– Intuiciones: no son conceptos (los conceptos son aplicables a una multiplicidad de individuos) y no se abstraen de la experiencia, pues, como hemos dicho, la preceden y posibilitan.
– Puras: porque están vacías de contenido empírico.
El espacio y el tiempo, pues, son subjetivos, condiciones a priori de nuestra mente en los que ordenamos los datos sensibles que procen de la experiencia.
¿Cómo son posibles la matemáticas?
La condición de certeza necesaria de las matemáticas se debe a que estudian estas condiciones trascendentales de la sensibilidad: el espacio y el tiempo.
Los enunciados de las matemáticas son juicios sintéticos a priori (si no lo fueran, no ampliarían el conocimiento -sintéticos- o no serían necesarias -a priori-). La geometría estudia el espacio; la aritmética, el tiempo. Esto es posible porque espacio y tiempo son a priori.
Kant analiza el siguiente ejemplo: 5 + 7 = 12. Por más que se analicen los conceptos de 5, 7 o adición, no aparece el de 12, luego añade algo al conocimiento.
Todos los objetos de nuestra experiencia se dan en el espacio y en el tiempo, son a priori, y por tanto necesarios y universales.
2) ANALÍTICA TRASCENDENTAL
Pero aún no se ha formado el conocimiento por ubicarlo en el espacio y el tiempo. Percibir multiplicidad de fenómenos no es comprenderlos. Percibir se realiza por la facultad de la sensibilidad; comprender se realiza por la facultad del entendimiento. Esta comprensión se realiza mediante los conceptos: comprender un fenómeno es poder referirlo a un concepto: por ejemplo: al percibir colores y formas con un orden percibimos además que "esto es una casa, una persona, una mesa"...
El entendimiento es la facultad de los conceptos o los juicios (esto es una casa).
Al igual que hay formas a priori de la sensibilidad, también hay conceptos a priori: son las categorías. Éstas son trascendentales, es decir, son condiciones posibilitantes del conocimiento. Kant deduce las 12 categorías siguientes:
Cantidad: Unidad, pluralidad, totalidad. (una manzana, algunas manzanas, todas las manzanas posibles).
Cualidad: Realidad, negación, limitación. (esto es -una manzana-, esto no es, esto es en parte.
Relación: Sustancia, causa, comunidad.
Modalidad: posibilidad, existencia, necesidad. (algo existe, puede existir o necesariamente es)
Características de las categorías:
– Son condiciones trascendentales: el entendimiento no puede pensar los fenómenos sin aplicárselas.
– Son vacías: han de llenarse con los datos procedentes de la experiencia sensible; por tanto, sólo son fuentes de conocimiento aplicadas a los fenómenos. En este punto se aleja del racionalismo (las categorías no funcionan solas) y del empirismo (aunque han da aplicarse a la experiencia, ellas son a priori: todo conocimiento comienza con la experiencia, pero no necesariamente todo conocimiento procede de ella).
¿Cómo es posible la física?
Para que la física sea una ciencia segura (con enunciados universales y necesarios) necesita de nuevo que esté formada por enunciados sintéticos a priori. Hume había mostrado que esto no es posible, pues la causalidad es sólo una ley psicológica fruto del hábito, no un principio lógico.
Kant consigue salvar este problema haciendo de la causalidad una categoría trascendental (de relación), y por tanto una condición posibilitante del conocimiento. El principio de causalidad está basado en la categoría de causa: ésta precede a la experiencia, es a priori: por tanto, es universal (aplicable a todos los fenómenos) y necesario. De este modo cree superar la falta de validez absoluta en que Hume sumió a la ciencia con su crítica al principio de causalidad.
3) DIALÉCTICA TRASCENDENTAL
En la dialéctica trascendental había estudiado las condiciones posibilitantes de la sensibilidad (capacidad de percibir); en la analítica estudiaba las condiciones posibilitanes del entendimiento (capacidad de formar conceptos y juicios). En la dialéctica trascendental estudiará el funcionamiento de la razón (el modo en que enlazamos juicios.
Si al estudiar las anteriores había validado el conocimiento seguro de las matemáticas y la física, ahora se propone estudiar la metafísica. Pero aquí no se plantea cómo es posible, sino si es posible la metafísica. Lo va a hacer estudiando el funcionamiento de la razón.
Kant define la metafísica (la existente hasta entonces) como un conjunto de proposiciones o juicios sobre realidades que están más allá de la experiencia. La metafísica de Wolf (heredera del racionalismo cartesiano) establecía unos presupuestos levantados a partir de meros conceptos. El error, para Kant, parte de desconocer la naturaleza, el alcance y los límites de la razón. La aplicación de las categorías, más allá de la experiencia, es lógicamente ilegítima. Para Kant, la metafísica debe reducirse a la mostración de las condiciones de posibilidad de un discurso metafísico: “el pomposo nombre de ‘metafísica’ debe dejar paso al más modesto de teoría del conocimiento”.
Problema de la metafísica:
La razón tiende a lo incondicionado (a ir más allá de la experiencia, a las cosas en sí). Con la razón enlazamos juicios, y la razón va buscando juicios cada vez más generales; así se construye la ciencia. Tendemos a buscar en último término lo incondicionado, y de esta manera traspasamos el límite de la experiencia. Este límite se traspasa en tres ámbitos (nos encontramos de nuevo con las tres sustancias cartesianas que ya criticara Hume):
– Los fenómenos físicos: construimos teorías metafísicas sobre el mundo (surge así la sustancia material racionalista) (lo estudia en las antinomias de la razón pura).
– Los fenómenos psíquicos: teorías metafísicas sobre el alma. Esto da lugar ala idea de sustancia pensante (lo estudia en los paralogismos).
– La causa suprema: pretendemos llegar al conocimiento de Dios (la sustancia infinita).
Estas tres ideas expresan el ideal de la razón. Un ideal inalcanzable.
El nuevo papel de la metafísica
La verdadera misión de la dialéctica es mostrar cómo tales errores provienen de obviar la distinción entre fenómeno y noúmeno.
– Fenómeno: lo dado, lo intuido en el espacio y en el tiempo. Es el objeto como constructo del conocimiento.
– Noúmeno: es el correlato, lo que se oculta, la cosa en sí. Puede entenderse en dos sentidos:
• negativo: la cosa en la medida en que no puede ser intuida por la intuición sensible.
• positivo: la cosa en cuanto puede ser conocida por una intuición no sensible. El problema es que no tenemos tal intuición. El acceso a la cosa en sí se halla en la razón práctica (me conozco como fenómeno; me vivo como noúmeno).
Este nuevo papel lo expresa en su célebre aserción: "el pomposo nombre de metafísica debe dejar paso al más modesto de teoría del conocimiento".
Con esta distinción entre el mundo o la cosa en sí (noúmeno) y el mundo o la cosa en cuanto la conocemos (fenómeno), la filosofía de Kant se va a definir como idealismo trascendental: espacio, tiempo y categorías son condiciones a priori de la posibilidad de la experiencia, y no rasgos reales de las cosas mismas.
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